AP
Los cabecillas de las pandillas se desligaron el jueves de la escalada de violencia que agobia el país, y la atribuyeron a "mentes perversas" que buscarían así justificar el accionar de los llamados grupos de exterminio.
También pidieron el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén combatir a esos grupos clandestinos.
"Aclaramos que las pandillas y maras no hemos impulsado en los últimos días esas acciones, ni pretendemos hacerlo", dijeron los cabecillas en un comunicado enviado a la prensa nacional e internacional.
Las pandillas acusan de los recientes hechos de violencia y de los rumores de "toques de queda" a "mentes perversas que actúan con impunidad y que han pretendido crear un clima de zozobra, miedo y temor para provocar odio y resentimiento hacia nosotros y así justificar la acción represiva y el accionar de grupos de exterminio, que en los últimos días han cobrado la vida de muchos de nuestros miembros".
"Esperamos que el nuevo gobierno enfrente con firmeza a esos grupos, tanto los que actúan desde fuera de la institucionalidad del Estado como a los que lo hacen adentro", agregan.
Recientemente un grupo clandestino que se hace llamar "La Sombra Negra" amenazó a las maras o pandillas y sus "colaboradores" en un municipio de la periferia norte de la capital, donde tiraron panfletos en los que les advierten que "les llegó la hora, van a ver el infierno".
En las última semanas, en los municipios más poblados del país circularon rumores de toques de queda y de "viernes negros", que han provocado pánico entre la población, pero las autoridades han dicho que se trata de eso, de rumores sin fundamento.
La violencia en el país se incrementó en los últimos días y según las autoridades de Seguridad, grupos vinculados al narcotráfico y al crimen organizado estarían utilizando a grupos de las pandillas para subir las cifras de homicidios para presionar al nuevo gobierno y supuestamente buscar una negociación que les otorgue privilegios en las cárceles.
Las pandillas también dijeron que le otorgan el beneficio de la duda al gobierno de Sánchez Cerén y le reiteran "nuestra disposición y voluntad de contribuir en la solución del más grave problema que agobia al país, la violencia, en lo que esté al alcance de nuestras posibilidades".
"La oportunidad histórica para recuperar la paz que se abrió el 9 de marzo de 2012, aún sigue abierta; aprovecharla en beneficio del país depende de todos", dicen los cabecillas de las pandillas.
En marzo de 2012, los cabecillas de las pandillas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 acordaron una tregua para bajar la cifra de muertes violentas, después que en esa época se registraran al menos 14 muertes al día. Según datos oficiales, después de acordarse la tregua, los homicidios pasaron de 14 a cinco por día, pero desde enero han aumentado a un promedio de 14,3 diarios.
Según las autoridades, los pandilleros están involucrados en la mayoría de crímenes que se cometen en el país. El 70% de los homicidios se atribuye a las pandillas y 49% de las víctimas corresponde a miembros de esas estructuras criminales.
En El Salvador, las pandillas establecidas en populosos barrios están integradas por más de 70.000 jóvenes y adolescentes. Más de 10.000 están presos.