Zulvyn Díaz
Víctor Gil murió dentro de uno de los calabozos de la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, ubicada en Propatria, un día después de haber ingresado al recinto, informaron sus familiares mientras realizaban los trámites para el retiro del cuerpo.
La víctima de 54 años de edad, quien estaba en situación de calle desde hacía ocho años, fue detenido el sábado 26 de enero, tras ser señalado como el presunto responsable de un robo y un supuesto abuso sexual.
Luego de las acusaciones en su contra, Gil fue agredido por miembros de la comunidad, quienes arremetieron a golpes contra la víctima. Los funcionarios del Cicpc intercedieron y lo trasladaron hasta la celda, que compartió con 24 hombres privados de libertad, quienes también lo golpearon hasta acabar con su vida, indicó un familiar.
Los agentes policiales trasladaron a Gil hasta la emergencia del Hospital General del Oeste Dr. José Gregorio Hernández, de Los Magallanes de Catia, donde murió a los pocos minutos de su ingreso.
La causa de la muerte fue traumatismo torácico cerrado por golpe contundente.
Según el relato de uno de los parientes de Gil, investigaciones llevadas a cabo por los detectives determinaron que el hombre no tenía responsabilidad en los delitos por lo que fue arrestado.
Ocho años de calle. Víctor Gil era padre de una hija y reservista de la marina. Estudió contaduría pública y a este oficio dedicó gran parte de su vida. En el 2010, por razones que no fueron expuestas, Gil decidió abandonar el hogar, situado en Casalta, en la parroquia Sucre. Desde entonces, comenzó a deambular por varias zonas de Catia, colaboraba con los vendedores y comerciantes del lugar en labores de limpieza y de esa forma “se ganaba la vida”.
Los familiares denunciaron las agresiones y “el linchamiento” al que fue sometido. Enfatizaron que “era inocente de las acusaciones y no merecía lo que le hicieron”.
2019-02-02
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