Zulvyn Díaz
Informe
Un total de 14.736 jóvenes murieron por causas violentas durante el 2018. De estas muertes 5.364 ocurrieron a manos de funcionarios de diversas fuerzas policiales. Las cifras promedian que 40 jóvenes murieron diariamente, según datos aportados por el Observatorio Venezolano de la Violencia.
De las muertes registradas, 64% de las víctimas eran adolescentes y jóvenes de hasta 29 años de edad y, 174 eran niños de ambos sexos, con edades entre 0 y 11 años de edad. Veinte de estos casos fueron por “resistencia a la autoridad”.
Esta tipificación que ocupa el 36% del registro, resulta alarmante, debido a que “cada año la cifra se incrementa y está asociada a una política de seguridad con enfoque belicista”. Es decir, el Estado desarrolla operativos de seguridad orientados al aniquilamiento de quienes identifican como objetivo, en su mayoría, jóvenes residentes de barrios pobres, y ahora, o más recientemente, jóvenes opositores o manifestantes, reveló el documento.
La población joven del país ha sido afectada por el deterioro de la calidad de vida, la pérdida de sus libertades, situaciones de violencia, exclusión y vulneración de derechos. Las políticas económicas y sociales equivocadas, que han elevado los niveles de empobrecimiento y escasez a unas cifras inimaginable, obligaron a los jóvenes a ver la migración como única opción para mejorar.
Muchos de los que están en el país dejaron sus estudios, otros están en las calles buscando comida y otros quedaron atrapados en la violencia, vinculados a bandas armadas, constituyendo así el eslabón más débil y operativo de grupos criminales organizados, refirió el documento.
2019-02-14
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