Llegar a los 50 años no significa dejar de cuidarse ni renunciar a mantenerse activa. Sin embargo, el enfoque del ejercicio debe cambiar para adaptarse a las transformaciones que el cuerpo femenino atraviesa en esta etapa.
Lo que funcionaba a los 20 o 30 años puede no ser la mejor estrategia ahora, especialmente en lo que respecta al cardio. Escuchar a nuestro cuerpo y entrenar de manera más inteligente es clave para mantener la energía, la fuerza y la salud general.
Cuida tu cuerpo a partir de los 50
A medida que las mujeres entran en la menopausia, el organismo experimenta cambios hormonales significativos, especialmente la disminución del estrógeno, fundamental para la masa muscular, la densidad ósea y el metabolismo. Esto significa que realizar únicamente ejercicios cardiovasculares intensos no es suficiente e incluso puede ser contraproducente. El exceso de cardio puede acelerar la pérdida de músculo, aumentar la sensación de fatiga y provocar desequilibrios hormonales que favorecen la acumulación de grasa abdominal.
Además, las articulaciones y tendones se vuelven más sensibles en esta etapa de la vida. Las largas sesiones de impacto, como correr en cinta o pedalear intensamente en la bicicleta estática, no ayudan a fortalecerlas ni a proteger el suelo pélvico, y pueden aumentar el riesgo de molestias o lesiones.
Por ello, la clave está en reducir la monotonía y priorizar la calidad del ejercicio por encima de la cantidad. El entrenamiento de fuerza se convierte entonces en un aliado imprescindible.
¿Cómo cuidarse?
Realizar de 2 a 3 sesiones semanales con cargas moderadas y buena técnica ayuda a mantener y aumentar la masa muscular, protege las articulaciones, mejora el metabolismo y eleva la densidad ósea.
Combinado con un cardio estratégico, como caminatas rápidas, subir escaleras, intervalos cortos de bicicleta o ejercicios que aumenten la frecuencia cardíaca sin excesivo impacto, se logra un equilibrio que respeta los cambios fisiológicos y favorece un cuerpo más firme y funcional.
La buena noticia es que después de los 50 no se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor. Incorporar fuerza, cuidar la técnica y escuchar al cuerpo permite disfrutar del ejercicio, reducir el estrés físico y mantener un estilo de vida activo y saludable.
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