Una dieta saludable te ayuda a tener en equilibrio tu organismo. Esto describe dos situaciones distintas, que corresponden a dos tipos de hambre diferentes: la psicológica y la fisiológica. Establecer esta diferencia te ayudará a tener una correcta alimentación, cuestión que no debe ser exclusiva de quien cumple una dieta para controlar una enfermedad, o del que quiere rebajar.
Dieta sana vs. Comida chatarra
De hecho, alimentarse de forma adecuada debería ser la regla de oro en la rutina de cualquier ser humano; de esa manera, podrían evitarse muchos inconvenientes relacionados con la salud.
Antojo o hambre, ansiedad y estrés. Cuando no tienes hambre y solo sientes deseo de satisfacer un antojo, se llama “hambre psicológica".
El organismo necesita energía para que pueda funcionar de manera adecuada el cuerpo, y la forma como la obtiene a través de la comida.
Cuando ha pasado un tiempo considerable desde la última vez que tu cuerpo recibió su última dosis de energía, y tu estómago emite ciertos ruidos acompañados de una debilidad que aparece en forma gradual, entonces es hora de darle al cuerpo lo que pide, es decir, comer, ya que fisiológicamente el cuerpo necesita recargarse, y no se trata de un simple antojo.
Hambre mental
Sabiendo que este tipo de hambre no te ayudará mucho si quieres rebajar, contrarrestar una enfermedad, o mantener una dieta balanceada por decisión personal, acá tienes cinco puntos a considerar para vencer esos antojos repentinos.
- Toma las riendas. Piensa si realmente tienes hambre o es solo un antojo repentino, si lo puedes disernir podrás superar el antojo .
- Constancia. Trata de comer a las mismas horas todos los días, sin saltar ninguna de tus comidas, incluyendo las meriendas.
- Dile NO a las tentaciones. Si tienes una lista de alimentos prohibidos, entonces no los compres, eso te ayudará a no caer en la tentación de ir en contra de tu propia salud.
- Actividades. Identifica las horas en las que frecuentemente ataca el hambre y trata de hacer alguna actividad o meditar.
- Lleva algo contigo. Si estás en un régimen come al menos seis veces al día (principales y meriendas). Recuerda que una merienda puede ser simplemente una fruta.
Mantener una buena alimentación no es tarea fácil, pero tampoco es una meta inalcanzable, con fuerza de voluntad, disciplina y amor propio, será en poco tiempo.
Estudios de la Universidad de Liverpool han demostrado que no solo asociamos la comida a bienestar y recuerdos agradables, sino que también puede calmarte momentáneamente la ansiedad.
El hambre psicológica, seguramente te llevará a comer alimentos prohibidos, llenos de calorías. Contrariamente si tienes hambre real, te podrás satisfacer con cualquier alimento.
Constancia
Uno de los errores más comunes cuando se intenta comer mejor, es suprimir ciertos alimentos bruscamente, esta acción lo que traerá es mayor tentación hacia lo prohibido, por lo que la recomendación es bajar la frecuencia y/o porciones de esas comidas, e ir buscando al mismo tiempo alternativas más saludables, que te sean agradables al paladar.
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