Los garbanzos, también conocidos como cicer arietinum, son una legumbre muy valorada en la cocina mediterránea, del Medio Oriente y de muchas otras culturas. De color beige claro y forma redondeada, los garbanzos pertenecen a la familia de las leguminosas y se cultivan desde hace miles de años.
Son un alimento versátil que se puede usar en ensaladas, guisos, sopas, purés como el hummus y muchas otras preparaciones.
Destacan por su alto contenido en proteínas vegetales, lo que los convierte en una excelente opción para vegetarianos y veganos. Además, son ricos en fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a controlar los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
También contienen hierro, magnesio, fósforo, zinc y vitaminas del grupo B, especialmente el ácido fólico, esencial para el desarrollo celular.
Ablandado exprés
La dureza es algo que caracteriza este grano, lo que hace que normalmente requieran un largo proceso de remojo previo antes de la cocción.
Afortunadamente, existe una alternativa efectiva para quienes olvidan remojarlos o simplemente buscan una solución más rápida: usar bicarbonato de sodio durante la cocción.
El bicarbonato de sodio (bicarbonato sódico) es un ingrediente alcalino que puede ayudar a romper la estructura de la piel de los garbanzos y acelerar su cocción, sin necesidad de dejarlos en remojo toda la noche. Este método es ideal para ahorrar tiempo, aunque requiere ciertas precauciones para evitar que los garbanzos queden demasiado blandos o adquieran un sabor extraño.
Pasos
- Enjuaga los garbanzos secos bajo el grifo para eliminar cualquier impureza o polvo.
- Agrega los garbanzos lavados a una olla amplia, ya que duplicarán su tamaño al cocinarse.
- Cubre los garbanzos con abundante agua, por lo menos cinco veces su volumen, ya que absorben mucho líquido.
- Añade 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio por cada 250 gramos (una taza) de garbanzos secos.
- Lleva la olla a ebullición. Cuando el agua comience a hervir, baja el fuego y deja cocinar los garbanzos a fuego lento.
- Es normal que se forme espuma durante la cocción; puedes retirarla con una cuchara.
- Después de unos 45 a 60 minutos, comienza a probar los garbanzos. El tiempo puede variar dependiendo del tipo de garbanzo y su antigüedad.
- Si notas algún sabor residual del bicarbonato, enjuaga los garbanzos cocidos con agua limpia antes de usarlos en tu receta.
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