El té negro es una de las bebidas más populares del mundo, no solo por su sabor distintivo, sino también por sus beneficios para el cuerpo, especialmente en climas fríos. Al ser una infusión de hojas de Camellia sinensis oxidadas, el té negro contiene compuestos que ayudan a mantener el cuerpo cálido y funcional durante el frío.
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Aumento de la temperatura corporal
El té negro se consume caliente, lo que ya de por sí genera un efecto inmediato de calor en el cuerpo. Este calor se percibe al beberlo y ayuda a elevar la temperatura corporal interna. Además, los taninos presentes en el té tienen un efecto reconfortante en el sistema digestivo, contribuyendo a una sensación de bienestar.
Estímulo metabólico
La cafeína en el té negro estimula el sistema nervioso central, mejorando la circulación sanguínea y el metabolismo. Esto puede ayudar a combatir la sensación de letargo que suele acompañar al frío. Un metabolismo más activo genera más calor interno, lo que permite al cuerpo adaptarse mejor a las bajas temperaturas.
Fortalecimiento del sistema inmune
El frío puede debilitar el sistema inmunológico, y el té negro ayuda a contrarrestar esto gracias a sus antioxidantes, como las catequinas y flavonoides. Estos compuestos reducen el estrés oxidativo en el cuerpo y fortalecen las defensas, previniendo resfriados y otras enfermedades comunes en climas fríos.
Hidratación y bienestar
Aunque se asocia el frío con una menor necesidad de líquidos, el té negro contribuye a mantener una adecuada hidratación. Además, su contenido en teanina ayuda a reducir el estrés y promover una sensación de relajación, útil para los días fríos y oscuros.
¿Cómo prepararlo?
Té negro
Ingredientes
1 taza de agua (250 ml)
1 cucharadita de té negro suelto o 1 bolsita de té negro
Azúcar, miel, o endulzante (opcional)
Leche o limón (opcional)
Preparación
- Hierve una taza de agua en una tetera, cacerola o hervidor.
- Para mantener el té caliente por más tiempo, vierte un poco de agua caliente en la taza y déjala reposar mientras el agua hierve. Luego, deséchala.
- Si usas té suelto: coloca una cucharadita de té negro en un infusor o directamente en la taza.
- Si usas una bolsita de té: colócala en la taza.
- Agrega el agua hirviendo sobre el té.
- Deja el té en infusión durante 3-5 minutos, dependiendo de qué tan fuerte lo prefieras.
- No lo dejes reposar demasiado para evitar que se vuelva amargo.
- Si usaste té suelto, retira el infusor o cuela el té.
- Añade azúcar, miel o un toque de leche si lo prefieres. Para un sabor más cítrico, exprime un poco de limón.
- Sirve caliente y acompáñalo con un bocadillo si lo deseas.
¡Buen provecho!
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