Las pestañas, además de ser un rasgo estético muy valorado, cumplen una función esencial: proteger los ojos del polvo, la suciedad y otros agentes externos. Como cualquier otro vello del cuerpo, las pestañas tienen un ciclo de crecimiento propio, aunque más lento y limitado que el del cabello del cuero cabelludo.
El ciclo de vida de una pestaña se compone de tres fases: anágena (crecimiento), catágena (transición) y telógena (reposo y caída).
La fase anágena dura entre 30 y 45 días, durante los cuales la pestaña crece activamente. Después, entra en la fase catágena por alrededor de 15 días, y luego pasa a la fase telógena, que puede durar hasta 100 días, antes de caerse y dar lugar a una nueva pestaña.
En total, desde que nace hasta que se cae, una pestaña puede tardar entre 4 y 8 semanas en crecer nuevamente si se cae de forma natural. Sin embargo, si se arranca o se pierde por algún trauma, el proceso puede tardar más, hasta 12 semanas o más en algunos casos.
Crecimiento de la pestaña
Existen varios factores que influyen en el crecimiento de este vello, tanto de forma positiva como negativa. Conócelos a continuación.
Genética: es uno de los principales determinantes. Algunas personas nacen con pestañas naturalmente largas y densas, mientras que otras las tienen más cortas y finas.
Edad: con el paso del tiempo, el crecimiento de las pestañas se vuelve más lento y pueden volverse más delgadas.
Alimentación: una dieta rica en vitaminas como la biotina (B7), vitamina E, vitamina C y omega-3 puede favorecer un crecimiento más saludable.
Salud general: enfermedades, desequilibrios hormonales o el uso de ciertos medicamentos pueden afectar el ciclo de crecimiento de las pestañas.
Hábitos de belleza: el uso excesivo de rizadores, pestañas postizas o maquillajes agresivos puede dañar las pestañas y debilitarlas. No desmaquillarse adecuadamente también puede provocar su caída prematura.
Estrés y falta de sueño: estos factores impactan negativamente en el crecimiento del vello en general, incluyendo el de las pestañas.
Productos estimulantes: existen sueros y tratamientos específicos que estimulan el crecimiento de las pestañas, aunque deben usarse con precaución y preferiblemente bajo supervisión médica.
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