Si deseas compartir una ocasión especial, el momento ideal es compartir el desayuno. El cualquier caso, coloca en el centro de la mesa el servicio general del desayuno (tostadas, mermelada, mantequilla, cereales, ponquecitos), para que cada comensal pueda servirse por sí mismo. Dependiendo de la confianza con tus invitados, puedes servir el café y la leche, o bien dejar también en el centro los recipientes para cada uno pueda servirse. También debe haber fuente con frutas, una bandeja de embutidos, quesos, huevos cocidos o fritos.
Por otro lado, debes disponer para cada invitado un servicio individual que constará de una taza con su plato, un vaso, una cucharilla para el café, un tenedor y un cuchillo de tamaño pequeño y la servilleta de papel, aunque ésta puede también situarse en un servilletero de que cada comensal se servirá en función de sus necesidades.
Una vez finalizado el desayuno, deberás retirar el servicio. Si tus invitados son de confianza lo pueden hacer entre todos. Si no fuera el caso, es recomendable que los anfitriones lo retiren. En ningún caso laves la vajilla en este momento.
Los jugos, mermeladas o la leche, no se deben servir en sus envases comerciales. Utiliza los recipientes de tu vajilla adecuados para estos productos.