El toronjil o Mellissa officinalis, como se le conoce científicamente a esta planta puede utilizarse en forma de tés, infusiones, jugos y hasta en la elaboración de postres.
Además, es famosa por su poder medicinal, ya que sirve para tratar diversos problemas de salud, ayudando a aliviar los gases, mejorar la digestión y hasta reducir la ansiedad.
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Esta planta rica en compuestos fenólicos, sustancias flavonoides y aceites esenciales aporta propiedades calmantes, sedanes, relajantes, analgésicas, antiinflamatorias, antiespasmódica y antioxidante.
¿Cuándo consumir toronjil?
En la mayoría de los casos, se ofrece el toronjil para calmar los nervios, aliviar los dolores espasmódicos y cólicos menstruales. También las abuelas lo recomiendan para ayudar a bajar la fiebre y aliviar malestares estomacales. Incluso, hay quienes lo aplican directamente sobre picaduras de insectos para evitar infecciones. Además, es un excelente tratamiento natural para los problemas de halitosis.
¿Cómo repercute en el cuerpo?
Tal como señalamos, su consumo es favorable para aliviar dolencias y síntomas de indigestión, por ejemplo, pero, además, tiene un efecto relajante que reduce la ansiedad y el estrés, y evita el insomnio. También reduce la retención de líquidos, alivia dolores de migraña y dolores de dientes y muelas.
Por otra parte, el consumo de toronjil tiene los siguientes efectos en el cuerpo:
- Purifica el hígado y mejora la función hepática.
- Ayuda a perder peso.
- Relaja los músculos.
- Combate la producción de gases intestinales.
- Elimina los hongos de la piel.
- Estimula la concentración.
- Contribuye a la sensación de relajación del cuerpo, y genera bienestar y tranquilidad.
Cabe acotar que, estos beneficios se consiguen en un momento determinado, pero no debe abusarse de su consumo, ya que puede producir somnolencia y reducir la capacidad de reacción.
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