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Dos científicos en trajes espaciales blancos, que contrastan con el terreno color castaño rojizo del desierto, prueban un geo-radar a ser usado en Marte arrastrando la caja por la arena rocosa.
Cuando el radar deja de funcionar, los dos regresan a sus vehículos todoterreno y piden direcciones por radio a sus colegas. No pueden contactarse con el comando central de la operación, ubicado en los Alpes, porque las comunicaciones se demoran diez minutos.
Pero este no es el planeta rojo, es la Península Arábiga.
El desolado desierto del sur de Omán, cerca de la frontera con Yemen y Arabia Saudita, se parece tanto a Marte que más de 200 científicos de 25 naciones lo eligieron para probar durante cuatro semanas la tecnología a ser empleada en una futura misión tripulada a Marte.
Iniciativas públicas y privadas le están apuntando a ese planeta. Tanto el ex presidente estadounidense Barack Obama como el fundador de SpaceX, Elon Mush, dijeron que el hombre podría caminar por el planeta rojo en las próximas décadas.
China se ha sumado a Rusia y Estados Unidos en la carrera espacial en un programa ambicioso, aunque un poco vago, que contempla viajes a Marte. Corporaciones aeroespaciales como BlueOrigin publican diagramas de futuras bases, naves y trajes.
El exitoso lanzamiento del cohete Falcon Heavy de SpaceX esta semana “cambia radicalmente el panorama de lo que podemos enviar al espacio, lo que podemos enviar a Marte”, declaró el astronauta análogo Kartik Kumar.
El próximo paso en la aventura de Marte, dice, es resolver problemas más logísticos que tecnológicos, como las respuestas a emergencias médicas y el aislamiento.
“Son cosas que no pueden ser subestimadas”, afirmó Kumar.
Mientras cosmonautas y astronautas aumentan sus conocimientos en la Estación Espacial Internacional o a través de programas de realidad virtual, la mayor parte del trabajo para preparar expediciones interplanetarias tiene lugar en la Tierra.
¿Y dónde se pueden encontrar mejores condiciones para probar equipos que en algunos de los rincones más olvidados del planeta?
Visto desde el espacio, el Desierto de Dhofas es una planicie marrón extensa. Pocos animales y plantas sobreviven en la inmensidad del desierto de la Península Arábiga, donde las temperaturas sobrepasan los 51 grados Celsius.
En el extremo oriental hay lo que parece una duna inacabable donde se encuentra la Base de Marte de Omán, una gigantesca instalación inflable de 2,4 toneladas rodeada de contenedores que son usados como laboratorios o habitaciones.
La superficie del desierto se parece tanto a la de Marte que cuesta distinguirlas, según Kumar. “Pero va más allá de eso: las geomorfologías, todas las estructuras, las montañas de sal, los lechos de los ríos, los uadis, todo se asemeja mucho a lo que vemos en Marte”.
El gobierno de Omán ofreció albergar la simulación de Marte del Foro Espacial Austríaco durante un encuentro del Comité de las Naciones Unidas sobre los Usos Pacíficos del Espacio Exterior.
Gernot Groemer, comandante de simulación y veterano de 11 misiones científicas, dijo que el foro aceptó rápidamente.
Científicos de todo el mundo enviaron ideas para experimentos “naves espaciales personales” y la misión, llamada AMADEE-18, pronto contó con 16 experimentos científicos.
Los trajes espaciales pesan unos 50 kilos y se pueden hacer experimentos científicos en ellos. El visor del traje muestra mapas, comunicaciones e información que alimenta un sensor.
Una espuma azul frente al mentón puede ser usada para limpiarse la nariz y la boca.
Ambientes hostiles desde Arizona hasta Siberia fueron usados en el pasado para probar cápsulas, vehículos y trajes, simulando condiciones que no se encuentran en la Tierra. Los especialistas les dicen “análogos” porque se parecen a los extremos extraterrestres de frío y aislamiento.
“En estos sitios pueden probar estos sistemas, ver cuándo empiezan a fallar y lo que tienes que hacer para asegurarte de que eso no sucede en Marte”, manifestó Joao Lousada, uno de los coordinadores del proyecto.
Hay estaciones espaciales simuladas bajo el agua en la Florida, en desiertos frígidos de la Antártida y en cráteres volcánicos de Hawai.
La NASA probó rovers diseñados para Marte en el Desierto de Mojave.
De todos modos, las simulaciones no generan una información completa “y de ninguna manera reemplazan el estar allí”, aseveró Hubbard.
2018-02-08