La venta de ordenadores personales cayó un 14% en los primeros tres meses del año, la mayor caída en dos décadas de las estadísticas proporcionadas por IDC, que había pronosticado una caída del 7,7%.
En el mismo día, la consultora competidora Gartner, publicó un descenso del 11%, en su caso, la mayor caída desde mediados de 2009. La discrepancia se debe a los diferentes sistemas de medir las ventas, bien en el momento de salir de fábrica o en el de llegar a las tiendas.
Al margen de la discrepancia de datos global, en ambos casos la justificación es la misma: la débil demanda de portátiles, cuyo atractivo ha sido absorbido por la tableta, más barata, con menos peso, y mayor duración de la batería, y por los smartphones.
El líder mundial de los fabricantes, HP, se mantiene en su posición, con un 15,7% del mercado, pese a un descenso de ventas el 24% respecto al primer trimestre de 2012, según IDC. Lenovo, con 15,3%, se mantiene en segunda posición, por delante de Dell, Acer y Asus, todos con descensos de doble dígito. En el caso de Acer, casi del 30%.
Ni siquiera Apple ha sido inmune a la pecefobia, pues su línea de ordenadores Mac ha caído un 7,5% en su territorio más fuerte, Estados Unidos, siendo el número tres del país, por detrás de HP y Dell. También en su caso parece que el interés por las tabletas iPad canibaliza las posibilidades de reemplazar el ordenador.