Comer despacio es beneficioso para la salud, pues permite identificar a tiempo las señales de saciedad, favoreciendo así la reducción en la ingesta de calorías diarias. También ayuda a la pérdida de peso, facilitar la digestión y la absorción de nutrientes por parte del cuero.
Por otra parte, según diferentes investigaciones, comer despacio reduce el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.
¿Por qué comer despacio?
Según los expertos cuando las personas comen lentamente y mastican bien cada alimento, reciben los alimentos en mejores condiciones, sin estrés; y esto se traduce en una mejor digestión.
También ayuda a sentir más saciedad y a levantarse de la mesa satisfecho y sintiéndose bien.
De igual manera, comer lento ayuda a tener mejor control de los niveles de glucosa en la sangre, reduce el riesgo de enfermedades y genera una sensación de calma y bienestar.
Incluso, expertos señalan que, comer despacio fomenta una mayor conciencia sobre lo que se está ingiriendo, y esto se traduce en tener la posibilidad de poder controlar el tipo de alimento que se consume y las cantidades.
En conclusión, cuando comes lentamente puedes prestar atención a cada bocado y es más probable que reconozcas cuándo estás satisfecho, y así evitar comer de manera impulsiva. También favorece que los alimentos estén mejor preparados para la digestión y el tránsito intestinal, y facilita el trabajo del estómago.
Recomendaciones
Este puede ser un hábito a aprender sin importar la edad que tengas, solo basta con:
- Elegir un lugar tranquilo y confortable para sentarse a comer.
- Prestar atención a cada bocado.
- Masticar bien cada alimento, una sugerencia es hacer que cada bocado dure entre 10 y 20 segundos aproximadamente.
- Beber agua entre cada bocado.
- Evita distracciones como ver televisión, revisar el teléfono celular o leer un libro, por ejemplo.
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