Erick S. González Caldea|[email protected]
Como una serpiente se puede describir a la avenida El Atlántico, cuya vía conecta la entrada de la Silsa con la avenida San Martín. Este trayecto- de al menos dos kilómetro– es conocido por ser uno de los lugares favoritos del hampa común para dejar cadáveres tirados como bolsas de basura.
La delincuencia y la falta de servicios públicos, primordiales para una comunidad, son parte de la lista de problemas que tienen los ciudadanos que viven en las casas adyacentes a la calle. “Es normal ver cuerpos tirados en la calle.
Muy pocas veces matan a las personas aquí, pero sus restos son dejados aquí”, manifestó Gladys Miranda, vecina del sector, quien enfatizó que la falta de funcionarios de seguridad es denunciada regularmente.
Por su parte, Gladiuska Cedeño, habitante de la parroquia, explicó que los robos a las camionetas en las entradas al barrios (tanto de la Silsa como San Martín) son constantes y cada vez más violentos.
“A los estudiantes los tienen a monte los choros. Al menos, los robos solo son en la entrada de la calle y no cerca de los hogares”, señaló la vecina, quien exigió mayor presencia policial “que si proteja a los ciudadanos”.
Servicios por el subsuelo. Más de dos semanas tienen los habitantes de la subida El Atlántico sin el servicio de aseo público en el sector. Las bolsas de basura están acumuladas en toda la calle, mientras que los malos aromas, moscas y zancudos invaden los hogares.
“La gente no dice nada. No quieren hacer nada, pero se siguen quejando de los problemas en el barrio. La basura nos tapiza”, relató Yadira Carrillo, vecina, quien sostuvo que por problemas con el aseo varios animales indeseables se les metieron en la casa.
Añadido al problema de la colección de basura, la falta de energía eléctrica en los hogares del sector, sumado al recorte del servicio de agua potable, es el pan de cada día. Según vecinos de la localidad-quienes tuvieron que cerrar la calle por dos días para que vinieran operarios de la electricidad de Caracas– calificaron la situación como una bomba de tiempo.
“Por el calor junto a los zancudos no se puede hacer nada en la casa. La falta de luz también afecta al módulo de Barrio Adentro, que a veces abre, pero por la presión del Consejo Comunal 13 de Mayo”, Enfatizó Andriana Guerrero, vecina de El Atlántico.
En cuanto al problema de la luz, el servició fue reestablecido, luego de cuatro días sin energía, el viernes 10 de noviembre en la noche. Pero, el reestablecimiento del agua potable sigue caótico, porque solo dura dos días y se va por cinco. “En esta comunidad viven muchos niños pequeños. Necesitamos el agua para vivir”, enfatizó Guerrero desde su hogar.
El dato. 5 días dura la comunidad que vive en la adyacencia de la subida El Atlántico sin el servicio de agua potable.
2017-11-12