Nayzai Saavedra | [email protected]
Hoy se cumplen 50 años del fatídico desastre natural que trastocó la rutina de una tranquila noche sabatina en Caracas. El terremoto dejó en manifiesto que la capital no estaba blindada -estructuralmente hablando- y que sus ciudadanos no estaban preparados para reaccionar ante un sismo.
Lo que ocurrió. La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) lo catalogó como un “sismo destructor”. Su magnitud fue de 6.5, dejó en ruina edificios de hasta 12 niveles, murieron 283 personas y 2 mil resultaron heridas. Los principales daños se concentraron en Los Palos Grandes -colapso de edificios enteros-, La Pastora, Lídice, Manicomio, San José y Caraballeda (Vargas) en donde se recuerda particularmente a la Masión Charaima.
En la actualidad. La presidenta de Funvisis, Aura Fernández, indicó que la historia sísmica en el país, tomando los sismos que han afectado la región capital (1641, 1812, 1900 y 1967), dan indicio de que puede ocurrir nuevamente un terremoto de gran magnitud que afecte a Caracas.
“Las placas tectónicas están en constante movimiento, sus bordes dan origen a las fallas sísmicas, que a lo largo de los años acumulan energía, la cual es liberada de forma abrupta y sin previo aviso, es por ello que los sismos son impredecibles”, explicó Fernández.
Sin embargo, considera que la capital está mejor preparada en cuanto a infraestructura se refiere. Indicó que a pesar del aumento demográfico de la ciudad -y de que la autoconstrucción de viviendas informales sigue creciendo- las normativas para nuevas edificaciones, así como la preparación de las instituciones y comunidades suman un importante saldo en la disminución de la vulnerabilidad sísmica en la población.
Evaluación. David Hernández, ingeniero estructural, explicó que la calidad de las edificaciones que se construyeron luego de 1967 presentan mejoras sísmicas, por lo que deberían ser más resistentes ante un sismo.
De ese grupo saca a las construcciones de la Misión Vivienda. “Eso es otro cuento, esos edificios vinieron en paquetes prediseñados de otros países y se construyeron tal como vinieron, en muchos casos ni responderán a las normas sismo-resistentes que determinan el diseño estructural y las zonas de mayor riesgo”, analizó Hernández.
Sobre estas edificaciones, el experto indicó que se contrataron constructores, no ingenieros, y a estos se les pagaba por número que erigían, sin importar el dónde, si había vialidad, o si estos tendrían a la mano los servicios necesarios.
Consideró que los que se construyeron en Fuerte Tiuna podrían ser especialmente vulnerables porque tiene conocimiento de que fueron dirigidos por militares, sin los controles correspondientes.
“Puede que no lleguen al punto de colapso, pero si pueden presentar daños importantes dependiendo de la microsonificación en la que se encuentren”, aclaró.
Hernández indicó que en Caracas las zonas de mayor vulnerabilidad son Chacao, Los Palos Grandes, Altamira, Sebucán, parte de El Paraíso y San Bernardino, debido a la profundidad de los depósitos aluviales en el subsuelo.
2017-07-28