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La anarquía se apodera del bulevar de Catia (+Fotos)

Sabado, 24 de septiembre de 2016 a las 08:00 pm
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Joan M. Camargo
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El bulevar de Catia ha pasado de ser una caminería popular, reestructurada para el esparcimiento y compartir, a convertirse en un corredor de anarquía, delincuencia y mendicidad.

 

 

Los comerciantes informales, motorizados y basura generan un ambiente hostil e incómodo. Los gritos de los buhoneros dan a conocer los precios de sus productos, al mismo tiempo que las colas para adquirir comida interrumpen el paso peatonal de manera constante. 

 

 

El transitar de las motos entre las personas se ha vuelto rutinario en una avenida que sólo se puede recorrer a pie, pero, las calles alternas colapsadas de comerciantes interrumpen el camino.

 

 

Los policías recorren el bulevar observando con indiferencia cómo el hampa, el bachaqueo y la indigencia hacen de las suyas, en un lugar  donde ellos ya no representan la autoridad. Pareciera que sólo les queda observar cómo la realidad de un país se refleja en ocho cuadras de comercios.  

 

 

La economía converge entre trueques, transferencias electrónicas y dinero en efectivo. Los bachaqueros, legalizando la impunidad, cuentan con puntos inalámbricos para que los compradores cancelen las altas sumas de los productos despachados.

En el bulevar transitan propios y extraños. Los comerciantes son los dueños del territorio. Ven con recelo a los periodistas, funcionarios o cualquiera que ose a registrar la cotidianidad de la zona.

 

 

Lo que en su momento fue un mercado popular, con precios bajos, hoy le presenta a los ciudadanos que lo frecuentan productos con elevados costos y poco accesibles. En el lugar no existe contraloría, control fiscal ni precios regulados. Como dicen los mismos vendedores: "si tiene la plata lo compra, si no lo deja ahí".

Mendigos

Las montañas de basura son hurgadas por indigentes y vagabundos que se tiran en el asfalto en busca de algún resto de comida.

Entre las ventas más comunes están los teléfonos robados, ropa usada, verduras, comida y artículos de primera necesidad a precios exorbitantes.

El obturador de la cámara alerta a los comerciantes y apoderados de la zona, quienes huyen de un lugar que urge de limpieza, seguridad, control e interés por parte del gobierno local.

 

2016-09-25