EFE
La Sinfónica Juvenil de Caracas ofreció un impactante concierto en el gran Teatro Musikverein de Viena, que presentó un lleno total de un público que pidió más entre efusivos aplausos después de escuchar la magistral interpretación de La Consagración de la Primavera, de Igor Stravinsky.
La sala Grobe Saal, de más de 1700 asientos y 300 plazas de pié estuvo a tope y aplaudió efusivamente tras la interpretación de la primera pieza Sensemayá, del mexicano Silvestre Revueltas.
A esta obra le siguieron las piezas de compositores venezolanos Melodía en el Llano, de Antonio Estévez, y Santa Cruz de Pacairigua, de Evencio Castellanos, que mostraron al público vienés parte de la cultura sinfónica del país caribeño.
El plato fuerte de la noche fue la Consagración de la Primavera de Stravinsky, una obra "compleja", según el director de la Sinfónica Juvenil de Caracas, Dietrich Paredes, que la califica como una pieza "con mucha energía, con mucha fuerza, pero mucho más matemática".
La orquesta concedió al público su solicitud de un bis, que se tradujo en la interpretación de la Danza Bacanal, de Camille Saint-Saens.
Es la segunda vez que esta agrupación, perteneciente al laureado Sistema de Orquestas de Venezuela, se presenta en Viena, donde además funciona la organización sin fines de lucro Superar, que estimula a niños y adolescentes a introducirse en el mundo de la música inspirados en el proyecto creado por el venezolano José Antonio Abreu.
La presentación en Viena forma parte de la quinta gira por Europa de la Sinfónica Juvenil de Caracas, que la ha llevado por siete ciudades.
La agrupación conformada por 200 jóvenes venezolanos, ya pasó por Zúrich, París, Hamburgo, Zagreb, Budapest, Viena y Gotemburgo, ciudad última con la que cerrarán su gira.
El Sistema, como se le conoce, es un proyecto social que tiene como objetivo ocupar y rescatar a niños y jóvenes de bajos recursos usando como instrumento principal la música académica.