María Cordero
La crisis por la cual atraviesa el país lleva a muchas personas no solo de clase media, sino de todos los estratos sociales, a utilizar aquellas costumbres que se usaron en la época de la colonia para adquirir algunos productos que en su mayoría son de primera necesidad.
El trueque se hizo sentir luego del 2013, año en el que comenzaron a escasear gran parte de los productos de primera necesidad y donde el que tenía reserva de un producto buscaba cambiarlo con otras personas por algo que necesitará.
En la actualidad, aunque ha bajado el flujo de personas que realizan esta práctica, existen aún en los mercados populares y zonas más comunes quienes llevan a cabo estas prácticas y la mayoría de los productos que se ven involucrados son los que vienen en las cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
Támara Herrera, economista, indicó que este fenómeno se debe a la falta del efectivo circulante en el territorio y lleva a comercializar en formas antiguas.
“En este momento el trueque es una manifestación de involución por desmoronamiento de nuestro sistema de pagos, especialmente en su parte de efectivo, tanto en bolívares como en divisas”, finalizó. Otro de los especialistas consultados fue el también economista Luis Oliveros, quien coincide con el boom del trueque partiendo de la escasez por la que en un momento pasó el país.
“El tema del trueque se popularizó por las dificultades con los medios de pago y también con el tema de la escasez donde era difícil conseguir productos donde unos tenían harina y otros azúcar y estas personas llegaban a un acuerdo e intercambiaban. Conforme se fue resolviendo el problema de la escasez, que actualmente ya no existe, el tema del trueque ha pasado a un segundo plano.Simplemente las personas que tienen cantidades altas de un producto buscan cambiar con otras, pero esta claro que surgió por las dificultades de los medios de pago, ya que hay gente que no tiene dólares o suficientes bolívares y acuden al trueque, pero el mismo ha bajado considerablemente”.
En cuanto a su influencia en la economía, Oliveros indicó que “el efecto que tiene es una búsqueda de equilibrio, de estabilización, de conseguir un producto que se busca por uno que ya se tiene, aunque eso ha bajado mucho por cómo se controló el tema de la escasez y actualmente se paga en dólares por lo que hace casi inexistente”.
Hay algunos vendedores y compradores que aun utilizan esta modalidad, Alexis Aguilar, comerciante que tiene un puesto de comida en Quinta Crespo, aún continua con la práctica del trueque e indicó que es la “gente de bajos recursos” la que más utiliza este modelo.
“Yo vendo hortalizas y frutas y muchas veces llegan personas que se nota que son de bajos recursos y ofrecen cambiar productos por tomates, cebollas o algunas frutas, lo que más se ve que traen son los granos y el arroz de las bolsas o cajas del Clap, a veces uno cambia porque necesita otras veces se hace por caridad porque no todos tenemos una entrada fija y algo que comer”.
Carlos Domínguez, buhonero en la zona de Catia, manifestó que “los trueques siempre se han dado y seguirán pasando porque no todas las personas tienen acceso a todos los productos. En la zona hay quienes cambian ropa por comida, zapatos y hasta repuestos de electrodomésticos, también están los que entran a los locales ahorita en esta parte hasta los chinos hacen trueques”.
Las practicas del trueque ha resuelto a más de una familia, quienes ante la hiperinflación se les resulta complicado adquirir alimentos o productos de primera necesidad y buscan esta vía para obtenerlas, aunque pueda existir una variación en los precios de los productos utilizados para el cambalache.
2020-02-03
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