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Los venezolanos hacen colas en su tiempo libre

Viernes, 03 de julio de 2015 a las 07:30 pm
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Sayaireth Castillo/[email protected]

El tiempo libre de las personas en Venezuela se hace cada vez más limitado. Actualmente hay una serie de variables que afectan a la población; los altos costos de la vida y la inseguridad han restringido las opciones de diversión.

La población asegura que actualmente lo importante no es la cantidad de tiempo libre sino la calidad en que se invierta.

El sociólogo Francisco Coello manifestó que el venezolano no se puede dar el lujo de salir a comer a un restaurante o acudir a algún evento, la vida nocturna ha disminuido considerablemente por lo costosa que se ha vuelto. “Algo tan sencillo como ir al cine se ha vuelto imposible”, agregó.

El sociólogo señaló que a esta variable económica hay que agregarle el factor de la inseguridad, lo que hace que prácticamente la población viva inmersa en un toque de queda, “lugares que antes se veían llenos de gente, hoy en día a las 8 de la noche ya no tienen casi personas”.

Entre esas dos variables se reduce el impedimento para el disfrute del tiempo libre.

El Informe Mundial sobre la Felicidad 2015, ubica a Venezuela como el 23 país más feliz del mundo y el 4 de América Latina, pese a los problemas de inseguridad y escasez que padece, según un amplio estudio publicado por académicos en Nueva York.

Según la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU la caída que ha tenido el país en el ámbito de felicidad nacional traduce que su desarrollo ha tenido un impacto negativo en varios factores evaluados, como el Producto Interno Bruto (PIB), la seguridad, la esperanza de vida, y las libertades de los ciudadanos en diferentes ámbitos.
Esto expone que en tan solo tres años, Venezuela ha decaído considerablemente en el bienestar social, y de las 158 naciones estudiadas, las que han mejorado son las latinoamericanas, puntos que no han ayudado mucho al país.

Yorelis Acosta, psicólogo clínico-social y profesora e investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela, desglosa las emociones negativas que atraviesa el venezolano, como consecuencia de la agudización de la crisis económica y social.
“Existe mucha preocupación por lo que es el contexto actual, el abastecer a tu familia. La responsabilidad que tienes de poner un plato en la mesa para tus hijos. Pensemos en las familias que tienen niños pequeños, que no consiguen leche o pañales”, señaló Acosta.

Coello aseguró que el concepto de felicidad puede verse distorsionado por una variable cultural, por lo que es más probable hablar de satisfacción de necesidades, de posibilidad de invertir el tiempo libre.

En base a esto “se puede decir que el venezolano no está satisfecho, por lo tanto es relativa la posibilidad de felicidad. Todo lo antes mencionado va creando en la persona un cuadro general de insatisfacción”, agregó Coello.

La psicóloga Acosta indicó que este cambio de comportamiento se hace mucho más grave y genera mucha más preocupación en el ciudadano, pues ahora tiene que organizar la agenda diaria e invertir tiempo libre para ir a comprar alimentos y otros artículos, no en un supermercado, sino en dos o tres.

De acuerdo con un estudio realizado por Acosta, existe un predominio de emociones negativas en Venezuela. En Caracas, “la opción que aparece como primera respuesta es la tristeza. Cerca de 23% de las personas lo indica, seguida del miedo y la rabia”, resalta la especialista.

Por su parte, Coello argumentó que las personas que invierten su tiempo libre en hacer colas en búsqueda de alimentos, artículos de primera necesidad, son doblemente insatisfechos por la ausencia de los mismos.

Señaló que en primer lugar hay frustración porque se podría invertir el tiempo en disfrutar con la familia, con los hijos, hacer actividades que diviertan o recreen.

En segundo lugar, hay frustración porque esa persona que está en una cola pierde tiempo para atender sus necesidades y corre el riesgo de no encontrar el producto que está buscando, agregó.