Armando Altuve
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A pesar de que el Gobierno nacional prohibió el uso y la aplicación de sustancias de relleno para tratamientos estéticos en 2012, todavía, sin contar con cifras oficiales, existen casos de personas fallecidas por los efectos de la aplicación de biopolímeros (silicones líquidas), como el caso de reciente de Mabel Coronado, de 50 años, quien murió en el hospital Vargas de Caracas, tras aplicarse esta sustancia.
En este sentido, Ramón Zapata, presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, insistió en la necesidad de divulgar información sobre los riesgos fatales que trae para la salud el uso de estos compuestos ilícitos.
Zapata recordó que estas sustancias no deben ser usadas en el cuerpo humano por incumplir con condiciones de higiene y de esterilidad. Recordó que al ser inyectadas en el organismo traer consecuencias para la salud que pueden permanecer toda la vida, incluso ocasionar la muerte. “Al ingresar al organismo, la sustancia se desplaza e ingresa en los vasos sanguíneos hasta llegar a los pulmones”, resaltó.
Denunció que aún existan personas inescrupulosas que no están ligadas a la medicina que apliquen biopolímeros en casas particulares y centros clandestinos, por lo que hizo un llamado a las mujeres a prevenir y acudir a un especialista cuando decidan realizarse algún procedimiento estético.
Hasta el momento, el Ministerio de Salud ha registrado más de 7 mil casos de personas afectadas y 1.700 denuncias sobre la existencia de sitios clandestinos donde se inyectan biopolímeros.
Protocolo
Desde el pasado mes de junio, el Ministerio de Salud y diversas asociaciones médicas han trabajado en la elaboración de un protocolo de tratamiento para los pacientes afectados por el uso biopolímeros y otras sustancias afines.
Zapata adelantó que la segunda reunión se efectuará el 10 de agosto en la sede de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica. Indicó que entre los aspectos fundamentales a tratar en la reunión son la definición de enfermedad causada por este compuesto y proponer una clasificación de los pacientes de acuerdo con la gravedad y la sintomatología de esta afección.
“Hay muchos pacientes que no tienen una sintomatología, otros que tienen síntomas simples como enrojecimiento y dolor. También tenemos otro grupo que presentan inflamaciones e infecciones severas y otros que tienen una infección y necrosis que amerita de una cirugía”, explicó.
Zapata señaló que se pretende establecer un tratamiento cuya efectividad sea comprobada científicamente y contar con un protocolo de tratamiento que permita controlar la enfermedad.
“Hay personas que plantean hacer una liposucción o emplear láser, pero eso hay que probarlo científicamente. No se puede establecer un tratamiento sin que se tengan bases científicas claras”, aclaró Zapata.
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