Ana Cristina Blanco
Maestras, conductores de camionetas por puesto y de camiones, enfermeros, secretarias, y músicos tienen ocupaciones laborales que los hace susceptibles a lesiones graves. Los esfuerzos repetitivos, el estrés y no cuidar las posturas al trabajar pueden traducirse en enfermedades ocupacionales.
Fátima Fernández, terapeuta ocupacional venezolana, lo explica así: “Las profesiones no son tan distintas, todos tenemos riesgos ocupacionales, algunos más marcados que otros, pero todos tenemos el riesgo de sufrir una lesión o enfermedad profesional”.
En Venezuela, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat) establece “las normas y lineamientos de las políticas para garantizar a los trabajadores condiciones de seguridad, salud y bienestar así como la prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades ocupacionales”.
Además, como lo dice el mismo texto legal, regula los derechos y deberes de los trabajadores y empleadores en relación con la seguridad, salud y ambiente de trabajo.
Pero los especialistas de la salud coinciden en que “lo primero es saber que nuestra salud también es nuestra responsabilidad, porque muchas veces la dejamos en manos de la empresa o del médico, pero hay muchísimas alternativas para proteger nuestra propia salud”.
Cuidarse… ¿es fácil? Lejos de lo que se creería, cuidar la salud laboral depende de hábitos muy sencillos que están a la mano. “Lo primero es la buena alimentación. Sabemos que en medio de la crisis es difícil pero siempre hay alternativas saludables para manejar nuestra alimentación”, precisó Fernández como primera recomendación. La segunda práctica fundamental es hacer ejercicios. En su experiencia, Fernández ha constatado que los venezolanos “vivimos una vida muy sedentaria y creemos que el ejercicio lo tenemos que hacer en un gimnasio pero no tenemos el dineral para pagarlo”.
“Resulta que no. Hay muchísimas alternativas gratis, como los videos en YouTube que nos muestran cómo hacer ejercicios en casa o en el parque y eso es básico para evitar una enfermedad profesional”, aconsejó.
El tercer aspecto importante y prioritario es la salud mental, enumeró la especialista. Relajarse, manejar el estrés y gestionar las emociones dependerá de las características de cada pesona, por eso, la búsqueda de un método debe ser personal. “Cada quien debe conseguir qué le permitirá relajarse para que su salud mental siempre vaya acorde con su salud física y logre ser una persona de alto rendimiento para todo lo que hace”, detalló Fernández.
Y la empresa… ¿qué? Según la Lopcymat, los empleadores deben elaborar, con la participación de los trabajadores, un Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo. En los artículos 80, 81 y 82 del Reglamento Parcial de esta norma se establece qué debe incluir dicho programa.
En opinión de Fernández, la situación del país ha dificultado que las empresas logren cumplir la normativa para ser saludables. Aún así, insiste en que “es fundamental que las empresas recuperen esta idea de ser saludable, pero que el trabajador también tenga consciencia de que si la empresa no le está dando las alternativas de salud, él tiene que buscarlas. Hay una corresponsabilidad entre trabajador y empresa. Si bien es cierto que hay amplia responsabilidad de la empresa cuando el trabajador se lesiona, este debe cumplir unos deberes para lograr la salud dentro de su lugar de trabajo”.
Pausa activa… en serio. “Si a una secretaria u oficinista le dan entre 20 minutos y media hora de descanso en su jornada laboral, ¿qué debe hacer? Lo que se conoce como una pausa activa. Esto es: en lugar de ir a tomar café y conversar con los compañeros de trabajo para distraerse, lo ideal es que haga ejercicios de estiramiento, de respiración y hasta de meditación, e incluso puede hacer una sesión de risoterapia”.
El tiempo de descanso adecuado para la buena salud laboral es: por cada hora o cada hora y media, 15 minutos de pausa activa.
Hay muchas alternativas para hacer una pausa activa, dijo la terapeuta ocupacional, “el tema real es hacer consciencia de la pausa. No es para suplir necesidades fisiológicas e ir a charlar con los compañeros, sino de salud para ti, tanto física como mental”.
El programa de pausas que debebería existir en todas las empresas que permita hacerlas y tener determinadas actividades durante el día, incluso con un guía de actividades específico para todos los trabajadores. Si el empleador dispone espacios para risoterapia, meditación, respiración y estiramiento, aumentaría el nivel de desempeño de sus colaboradores, aseguró la especialista.
En este caso, Fátima Fernández habla desde su experiencia como creadora del programa “Músicos de Alto Rendimiento”, el único enfocado en atender a músicos profesionales en la prevención y atención de lesiones ocupacionales.
“El músico debe tener un programa de pausa, porque son muchas horas de ensayo y no tiene consciencia de parar por un momento especifico. Para el músico significa bajar de nivel, dejar de tocar, y no optimizar su tiempo de estudio, pero es todo lo contrario: la pausa optimiza el tiempo de estudio y de trabajo desde el punto de vista físico y mental, porque te permite estar preparado para el trabajo, en todas las ocupaciones”, refirió.
Amas de casa todo terreno
En la actualidad las mujeres dividen su jornada entre las ocupaciones laborales, la atención de los hijos y las quehaceres del hogar. ¿Cómo puede mantener el ritmo cuando sus horas de sueño son cada vez menores? “Mi sugerencia siempre es hacer ejercicios. Nada es más beneficioso porque te va a permitir estar preparada para los embates del día a día. Si no hacemos ejercicio nuestros músculos están debilitados, la fuerza cada vez es menor, nuestra energía cada vez es menor”, explicó la experta en salud. Así, el descanso nocturno va a ser cada vez más efectivo y eso va a ayudar a la ama de casa, que cumple uno de los trabajos más dignos y más fuertes que existen”.
2019-11-23
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