Jheilyn Cermeño / [email protected]
Bonito por fuera y feo por dentro, el Complejo Hospitalario Dr. José Ignacio Baldó, mejor conocido como El Algodonal, ubicado en Antímano.
Desde el 2007 el centro de salud ha estado en trabajos de refracción. Entre las obras que se aprecian está la rehabilitación del servicio de Medicina I y Hospitalización de Tórax; esto según un cartel en la entrada principal que aunque no precisa el monto dice “obra 100% ejecutada”. También se señalan trabajos de impermeabilización y acondicionamiento de fachadas.
La faena más reciente en Medicina I, ya tiene goteras, filtraciones y hasta paredes con hongos, panorama que se extiende a los otros departamentos que nunca han sido remodelados.
Muchos de los elementos metálicos, como camas, muebles y parales para suero están oxidados.
Miembros del Sindicato Unitario de Empleados Públicos del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (Sunepsas) denunciaron que muchas de la labores fueron improvisadas, y que los materiales “no fueron de la mejor calidad”.
Las seis salas de la planta baja que se divide en atención de hombres y mujeres (Medicina II) están en proceso de demolición hace más de tres años. El personal obrero murmura que las labores están suspendidas. María Yánez, presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas, explicó que el proceso de remodelación en paralelo de todos los centros de salud del Distrito Capital solo logró que la atención a los pacientes se redujera.
En el caso de El Algodonal, Yanéz refirió que varios proyectos quedaron a medias y otros no se dieron, como la ampliación de Terapia Intensiva y la construcción del departamento de diagnósticos para el tórax, especializado en drenaje de derrames pleurales y de broncoscopias.
En cuando a la operatividad, la presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas detalló que de las 750 camas ergonómicas en algún momento 500 estuvieron operativas pero solo 200 están disponibles. “Situación que ocurre en la mayoría de los recintos públicos”.
2015-01-22
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