Daniela Zarzalejo
[email protected]
En 2016, se siguieron viendo grandes cantidades de personas esperando para poder comprar harina de maíz, pasta, arroz o algún otro producto escaso, pero con cada vez menos esperanza de adquirirlos.
Los últimos 12 meses estuvieron llenos de anuncios y medidas gubernamentales para acabar con las colas y el desabastecimiento en el país. Pero hasta diciembre y los primeros días de 2017, empresas, gremios y economistas aseguran que no funcionaron para resolver el problema.
El presidente de Fedecámaras Francisco Martínez aseguró que las medidas adoptadas por el Gobierno “son equivocadas y esto se demostrará con el pasar del tiempo en los anaqueles de los comercios”.
Cipriana Ramos, presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), detalló que entre el Gobierno y los gremios no existe acercamiento para buscar soluciones a la crisis económica.
Emergencia económica. La primera medida tomada por el Presidente Nicolás Maduro, ejecutada hace casi un año, fue ordenar un decreto de Emergencia Económica el 14 de enero: “A fin de que el Ejecutivo disponga de la atribución para adoptar las medidas oportunas que permitan atender eficazmente la situación por la cual atraviesa la economía venezolana y que permita asegurar a la población el disfrute pleno de sus derechos a bienes y servicios fundamentales”.
A partir de ahí, ha tenido al menos cinco prórrogas, cada una dura 60 días. Maduro justificó la acción afirmando que con ese decreto se “derrotará la guerra económica” e insistió en que Venezuela estaba recibiendo ataques internacionales.
Sin embargo, el economista Luis Oliveros asegura que “al final el decreto ha sido un rotundo fracaso, pero el Gobierno sigue pensando que es bueno, porque es la manera de burlar los controles de la Asamblea Nacional para seguir haciendo lo que le dé la gana”.
El también economista y profesor Ronald Balza ha indicado en anteriores ocasiones que “la arbitrariedad en la toma de decisiones públicas, con base en el Decreto de Emergencia Económica enfatizó la crisis venezolana”.
Bolsas Clap. Luego, Maduro creó en abril los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), como un modelo de distribución de bolsas de alimentos casa por casa en los sectores populares de los 24 estados del país. Pero hasta enero de 2017, la regularidad de la llegada de la bolsa a los hogares no está definida, ni tampoco los lugares a los cuales distribuirse.
El objetivo principal era abastecer a 70% de la capital venezolana y según cifras presentadas por Freddy Bernal, encargado de la misión, ha alcanzado a más de 1.347.000 familias.
“La bolsa Clap no benefició a nadie porque si obligas a la gente a comprar productos que no necesita, no se resuelve nada. Trae productos de empresas privadas, un kilo de cada uno y eso no alcanza para nada. Los venezolanos no se están alimentando”, apuntó Ramos.
En octubre, Maduro ordenó a empresas públicas y privadas de comida que reservaran al Estado 50% de su producción para su venta en los Clap.
En el estado Miranda también existe el Sistema Popular de Distribución de Alimentos, perteneciente a CorpoMiranda. Cumple las mismas funciones que el Clap, pero solo en esa entidad. La organización asegura que, en alianza con los Clap, se garantiza la comida a más de 13 mil familias.
Alexis Piñate, subdirector del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores -Cendas FVM- ex- plicó que la bolsa Clap no atiende las necesidades ni siquiera de la población más pobre, porque los productos que trae no son de primera necesidad. “Creen que con un kilo de pasta y una sardina nos vamos a alimentar y no es así”, apuntó.
“Para una familia de cinco miembros, que tiene que durar mes y medio, esa medida no va a resolver el problema de escasez que estamos viviendo”, agregó.
Otra misión alimentaria. En julio, aún con el decreto de Emergencia Económica en vigencia, Maduro creó la Gran Misión de Abastecimiento Soberano, de la que el ministro de Defensa Vladimir Padrino López estaría encargado. “Es una gran operación para combatir la guerra económica”, aseguró el mandatario en cadena nacional. La misión trabaja aliada con los Clap.
El Gobierno ratifica constantemente que distribuyen alimentos por todo el país a través de esta misión. En noviembre firmaron un convenio con Bolivariana de Puertos (Bolipuertos) en el estado Anzoátegui para “garantizar en el año la importación y comercialización de los alimentos”.
Por su parte, Piñate aseveró que “en diciembre, en vez de disminuir la escasez por estas medidas, aumentó. Y en enero, te aseguro 100% que la escasez se va a acentuar”.
“Ninguna de las misiones ha funcionado. Tú vas al supermercado y no puedes comprar un kilo de arroz o de pasta, todo lo que se consigue es a precios internacionales. Si el Gobierno hubiera seguido el plan de Fedecámaras de incentivar el emprendimiento hubiera sido otro el panorama”, dijo Ramos.
“Esas medidas que ha adoptado el Gobierno son la causa del problema. Lejos de contribuir a solucionar, los perpetúa”, explicó el economista Roberto Casanova.
Autosustento. Otro sistema que ha creado el Ejecutivo es tener alimentos vía el autosustento. Esta medida se ejecutó a través de la creación de un Ministerio de Agricultura Urbana, encargado de promover la producción, que cumplió un año de creación el pasado 6 de enero.
Sin embargo, para los economistas la solución es sencilla. “Hay que liberar los controles que se tienen para que el empresario pueda percibir ganancias y seguir produciendo”, subrayó Ramos.
Para Casanova la solución está en un cambio de Gobierno. “Yo no creo que haya soluciones que un gobierno socialista como el nuestro vaya a adoptar. Deben entender que en la economía hay que generar oportunidades”.
Las medidas ejecutadas por Nicolás Maduro en 2016 no lograron acabar con el desabastecimiento. Expertos y gremios afirman que fueron erróneos y no atacan directamente a la crisis.
2017-01-07