DPA
El escritor peruano Mario Vargas Llosa dijo hoy en Caracas que hizo un "pacto tácito" con el recién fallecido Gabriel García Márquez para no alentar la "chismografía sobre nuestra relación" y aseguró que morirá respetando el acuerdo.
"García Márquez y yo hicimos un pacto tácito de que no íbamos a alentar la chismografía sobre nuestra relación. Él se murió cumpliendo el pacto y yo me voy a morir cumpliendo ese pacto. Tenemos biógrafos, historiadores que investiguen y descubran la verdad, pero no va a salir de nuestras bocas", dijo el premio Nobel de Literatura.
Vargas Llosa participa en Caracas en un foro sobre libertad y en una rueda de prensa reiteró sus expresiones de lamento por la muerte de García Márquez, el otro Nobel de Literatura latinoamericano, ocurrida hace una semana en México.
Dijo que García Márquez logró el sueño de todo escritor de que su obra lo sobreviva.
"Es digno destacar y agradecerle lo que hizo por la lengua y la literatura latinoamericana", señaló en una rueda de prensa.
Vargas Llosa y García Márquez protagonizaron una enemistad que duró más de tres décadas y que generó cientos de versiones sobre lo que inició el desencuentro.
Tuvieron una de las peleas más recordadas entre intelectuales latinoamericanos. El origen público de la disputa es el famoso puñetazo que Vargas Llosa le dio a "Gabo" en febrero de 1976 en Ciudad de México, tras la proyección de la película "La odisea de los Andes".
La cinta, de Alvaro Covacevi, relataba con guión de Vargas Llosa la historia del accidente de los deportistas uruguayos en los Andes, que luego se retomó en la más reciente "Viven".
García Márquez se acercó con la intención de abrazar a su amigo, pero éste le respondió con un puñetazo en el ojo, del que en 2007 se conocieron por primera vez fotos, divulgadas por el fotógrafo Rodrigo Moya, quien las había tomado un par de días después de la agresión.
Una causa personal alejó desde entonces a los que habían sido buenos amigos, aunque el proceso también fue la culminación de sus desavenencias políticas, cada vez más profundas a medida de que el peruano se acercaba más a las posturas de derecha, mientras el colombiano profundizaba su amistad con Fidel Castro y su simpatía por la revolución cubana.