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El primero de enero es un día de descanso, de compartir en familia, que en Yaracuy muchos celebran con un tradicional sancocho navideño, que tiene dos propósitos: unir a la familia en torno a su elaboración y recuperar el cuerpo que deja la celebración de la noche anterior.
El sancocho, o hervido, es un típico plato de la gastronomía venezolana, similar a una sopa, que se confecciona de maneras distintas, dependiendo de la región y los ingredientes que se utilicen.
En Yaracuy, la forma más tradicional es elaborarlo de carne de res, con cortes que pueden tener rabo, costillas, huesos o cualquier otra parte del vacuno, que incluye el estómago, con el que se elabora una variante gastronómica conocida como mondongo.
Algunos elaboran el hervido con pollo, o realizan una combinación de éste con los otros ingredientes, que se denomina cruzado.
Una excusa para compartir
La familia González Martínez, del sector Las Crecedoras, municipio Cocorote, recibe el año en unión de hijos, hermanos y nietos, con una celebración que, usualmente, llega hasta la mañana siguiente, cuando inicia la preparación de lo que han llamado "el sancochazo".
"Desde que tengo uso de memoria, celebramos en grande los 24 y 31 de diciembre, con toda la familia en la casa de la abuela, donde nos reunimos más de 30 personas. Y, por supuesto, al día siguiente hacemos el sancochazo para empezar con energías y alegría el nuevo año", resaltó Eugenio González, miembro de la mencionada familia cocoroteña.
Relató que en la confección de la sopa, que esté viernes realizaron con costillas y huesos, participan todos: unos pican los aliños, otros la carne y las verduras y otros se encargan de prender la leña, mantener el fogón y unir, con sazón, todos los ingredientes dentro de la caldera. "Es la mejor excusa pa reafirmar los lazos y unión familiar", acotó.
Eduardo Gómez, también de Cocorote, hizo un hervido de pollo para su familia, integrada por su esposa, sus tres hijos y él, con el que quedó del utilizado para las hallacas de la noche de Fin de Año. Este viernes, además, recibió a unos amigos, con quienes compartió momentos de alegría y su elaborada sopa.
"Esta vez hicimos el hervido de pollo, que quedó muy sustancioso y, de verdad, quedó como nunca. Le pusimos muslos que no usamos para las hallacas, muchas verduras y el toque especial que le da mi esposa. Es una tradición que hacemos todos los primero de enero y que seguro nuestros hijos continuarán con los suyos, para compartir en familia y agradecerle a Dios por la salud y todo lo bueno que nos ha dado", subrayó Gómez./AVN
2016-01-02