2001Online.com | Libany Daniels
Los lineamientos, directrices y estrategias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra el coronavirus son dictaminados por Tedros Adhanom Ghebreyesus, un exfuncionario vinculado a regímenes comunistas sobre las que pesan graves acusaciones sobre violación de Derechos Humanos.
Adhanom es oriundo de Asmara (Eritrea) y fue elegido director General de la OMS en mayo de 2017, para un mandato de cinco años, con lo cual se convirtió en la primera persona de la sede africana de la OMS que presta servicio como principal funcionario técnico y administrativo de la Organización.
El actual máximo jefe de la OMS no es médico (lo cual marca un precedente en esa organización), sino un político y exfuncionario del régimen dictatorial comunista de Etiopía. Dirigió los ministerios de Sanidad (2005-2012) y Asuntos Exteriores (2012-2016) bajo el mandato del Gobierno Nacional de Hailemariam Desalegn, presidente señalado por Human Rights por hostigar a la población e implantar un régimen autoritario que le granjearon investigaciones por delitos contra la humanidad.
Además, fue miembro destacado del partido político Frente de Liberación Popular de Tigray, con una marcada ideología marxista- leninista.
¿Cómo llega a la presidencia de la OMS?
Con la nominación, lobby y apoyo de China, Adhanom se alza con la dirección general del principal organismo hemisférico de combate contra enfermedades, pese a haber sido señalado de enmascarar tres mortíferas epidemias de cólera, las cuales etiquetó como “diarreas agudas por agua”. Tal acción desencadenó la ira de cientos de manifestantes en todo el mundo promovidas por sus compatriotas etíopes exiliados.
De hecho, mientras se votaba su elección en Ginebra, grupos de connacionales se manifestaban frente a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con pancartas que rezaban "los que matan no curan".
Los manifestantes denunciaron la complicidad de Tedros con el régimen etíope (aliado de Cuba y China), que tiene en su haber innumerables y espantosas violaciones de derechos humanos, genocidios, masacres de manifestantes, torturas a disidentes y detención arbitraria de políticos.
Los etíopes expresaron su más profunda indignación ante el nombramiento de Tedros como jefe de la salud mundial. No podían creer que quien había conducido a la crisis sanitaria del cólera se alzara como el protector de la salud de los humanos en el planeta.
Bajo la etiqueta #NoTedros4WHO (No a Tedros para la OMS) los opositores publicaron documentos, informes e investigaciones que inculpaban al que a la postre sería el nuevo director de la OMS como responsable de las tragedias sanitarias en Etiopía, y además lo salpicaban en actos decomplicidad con la represión política.
Se hizo con el cargo en la OMS gracias al voto de los miembros de la Unión Africana, la mayoría de cuyos países son acusados de imponer dictaduras o cercenar derechos políticos y civiles como mecanismo para encubrir una corrupción endémica y estructural.
A la sombra de Mugabe y aliados comunistas
Una de sus controversiales decisiones al llegar a la presidencia fue nombrar a c como embajador de buena voluntad de la OMS en el mundo. Mugabe fue uno de los más crueles, sanguinarios y corruptos dictadores africanos, quien además de promover la limpieza étnica tribal y practicar genocidio, fue un incondicional hombre de China y un eficaz introductor de la voracidad de Pekín por las materias primas de África.
Ello guarda relación con el hecho de que China es el principal socio comercial de Etiopía y ha inyectado una multimillonaria inversión de capital en infraestructuras en la nación asiática, que pasará a convertirse en parte esencial de la nueva ruta de la seda.
Mientras Taiwán advertía en diciembre del 2019 sobre el peligro de contagio en China, la OMS reclamaba no restringir los vuelos ni los intercambios comerciales con sus aliados de Pekín.
La OMS se negó a declarar la pandemia hasta el 10 de marzo, pese a que ya se había extendido muy significativamente a países europeos. Italia ya estaba colapsada. España en plena expansión viral y el Covid-19 se asentaba con fuerza en Francia, Alemania y Reino Unido.
Además, Asia llevaba más de un mes infectada y comenzaba a detectarse en el continente americano. Nadie entendió, por eso, esta tardanza de la OMS, salvo que la misma no estuviera relacionada con la guerra contra el virus sino con la de la propaganda, en la cual los comunistas son unos peligrosos expertos.
Desde hace poco más de un mes salieron a la luz denuncias e investigaciones científicas tendientes a revelar que China ocultó los inicios del brote y falseó las cifras de infectados y de muertos, con lo cual ganó la batalla de la propaganda porque la OMS, es decir, su presidente, ha elogiado ante el planeta su transparencia y eficacia.
Hoy, el director general de la OMS niega haber guardado en un cajón el email enviado en diciembre por los funcionarios taiwaneses donde alertaban sobre el brote. En momentos cuando el mundo lucha contra el coronavirus de Wuhan, Tedros Adhanom se enfila contra Taiwán.
El etíope se alió con la línea de la política comunista de China de no reconocer a Taiwán y vetó a este país en la OMS, pero hay quienes advierten que la no pertenencia a la organización no era óbice para ignorar la advertencia.
Pese a defender su gestión y seguir sin reconocer la responsabilidad del Partido Comunista Chino, la presión internacional contra el etíope crece. Estados Unidos, Alemania, Francia e Inglaterra han tomado nuevas posiciones estratégicas en lo que sería un nuevo eje mundial económico que dejaría fuera de la ecuación a China.
2020-04-29
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