EFE
El gobernador del estado estadounidense de Nueva York, Andrew Cuomo, informó este sábado de 540 nuevas muertes en su entidad en las últimas 24 horas, una reducción del 25 % aproximadamente respecto a los últimos días, si bien existe una alta preocupación por los ancianos, la población más vulnerable.
“Si se observa los últimos tres días, se podría argumentar que ya pasamos la meseta alta y comenzamos a descender”, dijo Cuomo en su conferencia de prensa diaria. “Así que ya no estamos en la meseta, pero todavía no estamos en una buena posición”.
Hasta el momento se eleva la cifra de fallecidos a 17.131 en el estado de Nueva York, el epicentro mundial del coronavirus SARS-CoV-2, y la ciudad de Nueva York sigue aportando la mayor parte de los fallecidos, con 13.202.
Cuomo anunció que la cifra diaria de muertes por el virus en el estado había caído a 540, frente a las 630 del día anterior. Fue el número diario más bajo en más de dos semanas.
Aún así, advirtió que la crisis de salud estaba lejos de terminar. Solo ayer, cerca de 2.000 personas ingresaron en hospitales de la ciudad con síntomas de COVID-19, similar a los números que los hospitales estaban viendo cuando la pandemia comenzó a alcanzar su punto máximo a fines de marzo.
“Los hogares de ancianos son el mayor temor en todo esto. Personas vulnerables en un solo lugar”, afirmó Cuomo.
La pandemia ha azotado sin piedad a los ancianos en el país. Una cuarta parte de todas las personas que han muerto en Nueva York fue en hogares de ancianos, que tienen prohibidas las visitas desde mediados de marzo. La región de Nueva York se ha convertido en un centro del brote del COVID-19 con casi 2.500 muertes de personas mayores solo en este estado, más de 1.000 en la última semana.
El número de pacientes entubados también disminuyó, “lo que es una buena noticia”, argumentó. permanece aún en 4.246 individuos en esta situación.
Cuomo se refirió nuevamente a la falta de pruebas para detectar el coronavirus y sostuvo que la economía no podría reabrirse por completo sin que se aumenten los test, para lo que necesitaría más suministros.
Hacer más pruebas es “de vital importancia” para reabrir la economía “y eso es así para todos”, argumentó y agregó que es algo que hay que hacer de forma calibrada e inteligente porque es como sabemos si una persona tiene o no el virus e insistió en que “no podemos hacerlo sin ayuda federal “.
“Necesitamos ayuda del gobierno federal para que haya una mejor coordinación para tener acceso a los reactivos” que necesitan las grandes compañías de EEUU que manufacturan los equipos para hacer las pruebas. Esos equipos, explicó, usan diversos reactivos, muchos de los cuales son producidos fuera de EEUU, y entre los países figura China.
Recordó que desde las 20 horas de ayer en Nueva York todos los neoyorquinos deben usar mascaras en público, una nueva medida adoptada para evitar que siga el contagio, que se suma al aslamiento, a trabajar desde casa y evitar la aglomeración de público.
El gobernador aseguró, durante la sección de preguntas y respuestas que no tiene una agenda política e insistió que su único interés es seguir en Nueva York “hasta que lo votantes digan lo contrario”.
“No es la época ni el tiempo” para tener agendas políticas, aseguró Cuomo, quien sostuvo que es tiempo para la unidad. “Un país dividido es un país que no adelanta”, dijo al citar al expresidente de EE.UU. Abraham Lincoln.
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