Gracias a un cambio en la ley, desde este miércoles el sonido que hacen los niños al jugar dejó de ser considerado como contaminación acústica en la capital japonesa, Tokio.
Las autoridades de la ciudad habían introducido una serie de medidas para impedir que el ruido alcanzara los 45 decibeles en zonas residenciales.
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Eso hizo que algunas guarderías se vieran obligadas a utilizar aislantes acústicos y también significó que, ocasionalmente, a los niños no se les permitiera jugar afuera.
Las autoridades japoneses esperan que el cambio en la ley permita que más centros de cuidado infantil sean construidos en Tokio.
2015-04-01