Desconozco si este puede ser el capricho más oculto de un consumidor de Viagra, pero el calvario que ha sufrido un joven irlandés de 22 años no se lo deseo ni a mi peor enemigo. El muchacho ha estado durante siete largas semanas con su pene como el palo mayor de un velero. ¡¡¡Qué dolor!!!
Todo comenzó tras un accidente con su bicicleta de montaña. El pobre tuvo la mala suerte de golpearse con la barra metálica del cuadro en su zona más íntima. Minutos después comenzó una erección a la que en un principio no dio importancia, hasta que observó que no bajaba y la ‘tortura’ iba en aumento. Asustado, acudió al Tallaght Hospital, en Dublin, donde los médicos no supieron darle un diagnóstico acertado. Simplemente le indicaron que podía ser debido a un trauma por el porrazo, y que disminuiría con el paso de las horas, así que regresó a su casa.
Pasaban los días y sus nervios iban en aumento porque su miembro viril seguía más erecto que el de un adolescente un sábado por la noche. De nuevo acudió a urgencias del centro sanitario y trasuna revisión más profunda, los facultativos detectaron que el joven sufría priapismo (un exceso de aporte de sangre arterial en el pene que produce un crecimiento de los cuerpos cavernosos, generalmente tras un fuerte golpe).
Tras cinco semanas ingresado en la clínica, el equipo médico dio con la tecla ya que tuvo queeliminar un coágulo que en principio no había detectado. Por fin el muchacho empezó a ver la luz y la ‘erección infinita’ comenzó a reducirse. Eso sí, tuvieron que pasar otras dos semanas más hasta que el miembro volvió a su estado natural.
En declaraciones a un medio local, el joven indicó que estaba muy contento por el resultado. Cosa que no me extraña porque los dolores que soportó durante tantos días debieron ser inaguantables. / 20minutos.es.
2014-01-16