Con información de elintransigente.com
Jamie Henley fue rechazada por varios dentistas debido a que temen que explote uno de sus vasos sanguíneos y que, así, su vida corra peligro. Sus dientes están podridos y le da vergüenza sonreír, lo que la hace pasar por una dura y vergonzosa situación.
La madre de 37 años, tiene la boca llena de dientes destrozados, está avergonzada de sonreír tras pasar 30 años sin ir al dentista debido a su marca facial de nacimiento. Jamie Henley nació con una "Port Winw Stain", un tipo de mancha de nacimiento que cubre la mitad de su cara, su cuello, parte de su pecho y también de su espalda.
Ella fue a varios dentistas, pero todos se negaron a trabajar en su dentadura por miedo a que un vaso sanguíneo explote y ponga en riesgo su vida. Esta situación no es nueva. La mujer no visita a un dentista desde que tiene ocho años. Es que su marca de nacimiento erosionó sus encías y causó abscesos crónicos, que pueden ser potencialmente fatales.
Afortunadamente, en octubre, esta madre de tres niños, encontró un especialista en Nueva York que está dispuesto a ayudarla a sonreír de nuevo. El problema es que debe juntar seis mil dólares para afrontar el gasto del delicado tratamiento que consistirá en extracciones de piezas dentales e implantes.
"Cuando voy a la oficina, me echan una mirada y me rechazan. Es embarazoso, no me gusta sonreír mucho”, reveló para dar a conocer su caso. "Sólo quiero tener una bonita sonrisa y mi vida podrá seguir adelante”, suplica en su campaña para recaudar el dinero.
2017-02-09