Cuando empiezas a cocinar es bastante común que cometas errores que inciden directamente en el sabor y calidad de los platos que elaboras. Si no pones remedio a estas fallas, probablemente terminen desencadenando en manías que estarán presentes siempre. Lo ideal es detectar el problema y comenzar a poner medios para solucionarlo. Con un poco de constancia, dedicación y atención, estos errores desaparecerán y dejarán paso a una mejor elaboración de las recetas.
1. No probar los platos
Uno de los defectos comunes en las personas que cocinan en casa es no probar sus propios platos. De esa manera se incurre en el error de no saber si la comida que se servirá sabe bien o no. Un error simple pero repetido, que se soluciona probando la receta en distintas partes de su elaboración, para conocer cuál es su punto óptimo. De esta manera, el resultado final será más satisfactorio.
2. No leer la receta completa
Las ansias de cocinar pueden ocasionar problemas si no hay una planificación previa. Antes de comenzar a elaborar la receta, conviene leerla completamente para no saltarse ningún paso y no cometer errores. Hay que acostumbrarse a mirar con atención todas las premisas del plato que se va a realizar para que luego no haya sorpresas durante el proceso. De lo contrario, surgirán imprevistos.
3. No medir la cantidad de cada ingrediente
En cualquier receta que tenga una estructura lógica, debe haber una cierta cantidad de cada ingrediente que se utilice. Es lo que da el sabor y la particularidad del plato. De lo contrario sería imposible seguir un patrón. Por ello, se debe evitar alterar las cantidades. Si en la receta pone una determinada cantidad de un ingrediente, se debe cumplir. De lo contrario, el sabor el resultado final puede verse alterado.
4. Sartén fría
Antes de rehogar o freír cualquier ingrediente en la sartén, se debe esperar a que ésta esté bien caliente. Si no es así, lo que se tendrá es un alimento empapado en aceite de oliva fría. Una buena manera de saber si el aceite está caliente es poner una mínima cantidad del alimento que se va a freír. Si burbujea a su alrededor, es el momento de echar el resto. También puedes recurrir a un termómetro.
5. Sustituir ingredientes
Es una práctica usual que cuando no se posee un ingrediente que aparece en una receta, se intente sustituir por otro que sí se tiene. Suele ser un problema ya que sustituir un ingrediente suele significar sustituir el sabor de la comida. Se debe intentar cumplir con los productos que exija la receta pero, si no se puede, lo mejor es intentar buscar un sustitutivo que sea lo más parecido posible tanto en textura como en sabor.
6. Freír demasiados elementos a la vez
Es muy común que cuando se van a sofreír varios alimentos, se tenga la tentación de echarlos todos a la vez en la sartén. De esta manera, lo que se consigue es que ninguno de ellos se termine de hacer del todo y la mayoría de elementos terminen crudos. Lo mejor es ir echando los ingredientes de forma escalonada para que se obtenga la cocción adecuada de cada uno.
7. Utilizar productos de baja calidad
Escatimar en la cocina se acaba pagando en el gusto de los platos. En la medida de lo posible, hay que optar por buenos productos para seguir una receta porque la calidad del plato final podría verse mermada. Saldrá un poco más costoso que de la otra forma, pero el esfuerzo se verá recompensado por un mejor sabor. Debe ser una de las principales premisas.
8. Cocer pasta en una olla pequeña
La pasta es uno de los alimentos que más se cocina ya que es fácilmente combinable con otros y aparece en muchas recetas. El error más repetido es intentar cocer grandes cantidades en ollas pequeñas, lo que provoca que en muchas ocasiones se termine pegando. Lo mejor es optar por una cazuela grande que permita removerla mientras se está cociendo.
9. Saltear verduras húmedas
No es recomendable que se echen a la sartén verduras que estén húmedas, ya que el agua al entrar en contacto con el aceite caliente salpica y puede causar problemas. Lo mejor es que las verduras estén lo más secas posibles antes de comenzar a cocinarlas. De esta manera, el proceso de cocción será más llevadero y no se sufrirán quemaduras.
10. Dejar poco hecho el pollo o el pescado
A diferencia de la carne, que admite diferentes puntos de cocción según los gustos, el pollo y el pescado no se debería comer poco hecho, al menos no es lo común y recomendable. Se debe poner atención durante su preparación, sobre todo en el color y la textura, que darán una idea de si ya están preparados para ser consumidos.
11. No lavarse las manos
Una máxima que toda persona que vaya a cocinar debe cumplir es lavarse bien las manos antes de comenzar a manipular alimentos. Es una cuestión de higiene que no dice ninguna receta porque se da por hecha, pero que no se cumple siempre por parte del cocinero en cuestión. Hay que ser meticulosos con este apartado, y lavarse las manos a conciencia antes de comenzar a cocinar.
12. Cantidad de sal
Muy salado o poco salado, uno de los quebraderos de cabeza que suele acompañar a todas las recetas. Lo ideal es seguir las indicaciones que haya en ella, pero lo más recomendable es probar la comida mientras se esté elaborando, ya que el nivel de sal depende mucho de los gustos de cada quien. Un fallo que tiene fácil solución.
13. Pasarse del tiempo de cocción
El tiempo puede ser un gran aliado o el peor enemigo, dependiendo de cómo sea utilizado. En el caso de la cocción, hay que poner especial atención, ya que pasarse del tiempo indicado para cocinar un alimento puede estropearlo por completo y que no sea consumible. En las recetas suele establecerse con claridad cuantos minutos debe dejarse cocinando cada alimento y de qué manera. Conviene hacerle caso en todo.
14. Malos cuchillos
A la hora de cocinar, es bueno poseer un buen grupo de utensilios para la cocina. El caso más importante es el de los cuchillos. Si estos no son de buena calidad y no están bien afilados, terminarán desgarrando la comida y el resultado no será tan estético como hubiese sido con un cuchillo de calidad. Conviene gastar un poco más y que el resultado sea perfecto.
15. Cuidado con el horno
Cada horno es un mundo. Por ello, seguir una receta que requiere su intervención suele provocar problemas. Lo mejor es que cada persona conozca las particularidades del suyo propio, aunque siempre puede recurrir a los termómetros para constatar la temperatura. Hay que tener cuidado porque un mal horneado puede chamuscar o dejar cruda la comida. Conviene probarlo antes en otras recetas más flexibles en el tiempo de cocción.
Por Juan José Mateo Socorro