Justo un 17 de septiembre pero del año 2000, un pre-adolescente de 13 años aterrizaba por primera vez en la ciudad de Barcelona.
Había una promesa en potencia, de quien se convertiría en el mejor jugador del mundo. Infalible, veía el juego en cámara lenta, indetenible, zurda mágica y con el balón pegado a los pies.
Una pulga en ascenso sobre el césped, pero que no quería crecer. Y aquí es cuando entre en escena el equipo culé.
Unos meses después, se transformaba el muchacho oficialmente en jugador del club azulgrana, y ya nada fue igual para la institución.
El fútbol cambió cuando entró en pantalla: Lionel Andrés Messi Cuccittini
Había nacido en Rosario, Argentina. Empacó maletas a los 13 años con rumbo a Cataluña, allá; uno de los equipos más grandes en la historia del fútbol quería verle más de cerca, para hacerlo suyo y cubrir también un tratamiento médico por una condición hormonal que le impedía ganar tamaño.
En octubre del 2004 debutaba con el primer equipo, tan sólo cuatro años habían transcurrido… Pasó de los potreros de Rosario, a los hombros de Ronaldinho.
Hijo de Jorge Horacio Messi y de Celia María Cuccittini, empezó a patear balones a los 4 años a pocas cuadras de su casa. Se alistó después en Newells Old Boys, pero pagar su tratamiento resultaba muy costoso y después revelaría Messi que el equipo jamás lo apoyó. Probó con River Plate, gustó, pero el pase jamás se liberó.
Concretado lo del Barcelona, partió… Su primer entrenamiento de juveniles lo dividió entre Cesc Fábregas y Gerard Piqué, entrenamientos que después se prolongaron a ser semanas. La Pulga había encontrado una familia.
Sin hablar, con timidez y siendo tan bajito, absolutamente nadie imaginaba lo que Lionel Messi era capaz de hacer; hasta que tocaba un balón.
Sería exactamente el 8 de enero del 2001, cuando Barcelona le convoca para firmar un documento junto a su padre; en el que por cierto se aseguraba trabajo también en Barcelona para el hombre que le dio la vida.
El impacto y las consecuencias de aquella rúbrica, no necesitan mucha explicación, tanto para entendidos como para los no sabidos: 35 títulos como protagonista principal en Barcelona, le convirtieron luego quizás; en el jugador más importante para la historia del club.
Cuatro Champions League, diez ligas de España y siete Copas del Rey; palmarés exquisito para un prolífico mediocampista goleador. Máximo anotador en Barcelona y también de su selección. ¡Un máquina con destellos de perfección!
La lógica indica que Messi debe volver, a donde todo empezó…
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