La selección española de balonmano registró este martes la victoria más abultada de su historia en los mundiales al aplastar por 51-11 a Australia en la tercera jornada del Mundial 2013.
El equipo conducido por Valero Rivera no le dio la más mínima posibilidad a un combinado oceánico integrado por jugadores amateurs y muy por debajo del nivel medio de la Copa del Mundo.
Así estableció una nueva máxima marca de su historia en la competición y pulverizó el registro cosechado en el Mundial de Túnez 2005, cuando le había ganado también a Australia por 51-19.
De este modo, la selección anfitriona sumó su tercera victoria en la misma cantidad de partidos jugados y se perfila hacia los dos duelos más complicados del Grupo D como líder de la zona.
El conjunto español, campeón mundial en 2005, se enfrentará a Hungría el jueves y el sábado se verá las caras con el gran candidato a adueñarse del grupo, Croacia.
Para medir la magnitud de la victoria del equipo español no hace falta más que comparar la imagen y la difusión del balonmano en cada uno de los equipos.
Mientras en España, el balonmano es el tercer deporte con más deportistas federados, detr’ças del fútbol y el baloncesto (96 mil), Australia cuenta con apenas mil.
El combinado asiático no posee una liga local, todos sus representantes son amateurs y es el único deporte olímpico que no cuenta con un subsidio por parte del estado.
Resulta curioso que el balonmano esté tan desaparecido en un país que acostumbra a estar en el top 10 en cada cita de Juegos Olímpicos.
Como si fuera poco, la mayoría de las jóvenes promesas que surgen desde las escuelas o universidades son reclutados por agentes del fútbol australiano o del rugby, junto a una digna oferta de un contrato económico.
Los españoles, cuyo físico parecía duplicar al de sus rivales, volvió a arrancar el partido dormido, tal como sucediera contra Egipto, aunque enseguida logró escaparse en el marcador.
Con hombres como Alberto Entrerríos, Julen Aguinagalde o Arpad Sterbik en el banquillo, el entrenador Valero Rivera le dio la oportunidad de lucirse a habituales suplentes, como el joven Aitor Ariño.
España se marchó al descanso con una ventaja de 24-6, mientras que durante la mitad del ncuentro volvió a explotar su faceta defensiva al mantener su portería invicta durante 20 minutos.
Ya sobre el final, los jugadores locales incrementaron la intensidad de sus ataques en lo que pareció la búsqueda de una meta colectiva por alcanzar los 50 goles.
El final llegó con un golazo de Albert Rocas, máximo goleador con 9 tantos, quien anotó con clase, después de haber recogido un rebote en la cabeza de un rival.
España confirmó así su clasificación para los octavos de final y sólo restará definir en qué posición del Grupo D lo hará. /DPA
(MM)