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Billo Frometa, un inmigrante que se convirtió en un referente de la música caraqueña

Un director de orquesta dominicano que escribió más de dos mil canciones y dedicó gran parte de su repertorio a Caracas. Luego de tres décadas, sigue presente en la vida de los venezolanos 

Por Ronda

Billo Frometa, un inmigrante que se convirtió en un referente de la música caraqueña Billo Frometa, un inmigrante que se convirtió en un referente de la música caraqueña
Foto: Billos Caracas Boys
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Por: Fiorella Agostini

 Piano,  trompeta, cuatro… todos en conjunto a través de compases con un ritmo alegre, interpretan sin chocar la unión del Alma Llanera y El Manisero.

Silencio sostenido, los instrumentos callan.

De pie en la fosa frente a la orquesta, un hombre de 72 años, moreno, con poco pelo y de color gris, una amplia sonrisa enmarcada con líneas de expresión profundas por repetir la misma mueca risueña a lo largo de su vida. En un solo movimiento este hombre extiende los brazos y acto seguido cada uno de los músicos suelta su instrumento y cientos de manos se unen en un aplauso sonoro que choca con las paredes de la sala Ríos Reyna del Teresa Carreño, rebota, se devuelve y hace eco; el aplauso dura varios minutos sin parar, hasta que se escucha un golpe seco y el sonido de las manos chocando se detiene progresivamente. El director de la Billo`s Caracas Boys ahora se encuentra desplomado en el suelo; poco tiempo después solo se escucha el sonido de la ambulancia a las afueras del teatro.

Así cierra Billo Frómeta el concierto de su vida.

Billo es considerado un referente de la música en Latinoamérica y para mucho patrimonio cultural de Caracas. Luis María Frómeta Pereira, músico y compositor, fue el fundador y director de la afamada orquesta Billo 's Caracas Boys, su música marcó a toda una generación. Billo forma parte de la historia de los latinoamericanos, sobre todo de los venezolanos y es que su música nunca faltaba en los salones de baile, sobre todo, en las fiestas de los caraqueños.

Guillermo Morales, músico e hijo del cantante Memo Morales, quien fue la voz principal de la orquesta Billo´s Caracas Boys por muchos años, describe a Billo como: “Uno de los compositores, autores y  directores de orquesta más talentosos”.

Para Miguel Delgado Estévez, músico y compositor venezolano: “Billo es parte de la historia del país, es parte del inventario de Venezuela, de la cultura del venezolano, no siendo él venezolano”.
 

El alma del pescador, el sentimiento del trovador

Lejos de lo que muchos podrían pensar, por el gran amor que Billo le profesaba en sus canciones a Caracas, Luis María Frómeta era originario de Santo Domingo, la capital de República Dominicana.

Billo nació el 15 de noviembre de 1915, su hermana Haydée recuerda que todos a su alrededor siempre decían que era un niño, muy talentoso, inteligente y cariñoso.

Desde pequeño tuvo afinidad con la música, materia que impartían en su colegio, allí aprendió teoría, solfeo, armonía y composición, además desarrolló sus habilidades en instrumentos de viento como el saxofón y el clarinete.  En su adolescencia, fue fundador de la Banda Musical del Cuerpo de Bomberos de la capital de República Dominicana.

Estudia medicina en República Dominicana y abandona la carrera para dedicarse a la industria de la música. Se inicia como profesor de música; seguido de ello, empieza a hacer arreglos musicales. Forma el primer grupo musical llamado Conjunto Tropical, para luego crear una orquesta de baile llamada Santo Domingo Jazz Band.

Y es que yo quiero tanto a mi Caracas...

Billo llega a Caracas el 31 de diciembre de 1937, con su grupo Santo Domingo Jazz Band, por invitación de los hermanos Sabal, para amenizar la fiesta de año nuevo en el Roof Garden. Billo sale de la isla con la condición de que la banda llevara el nombre de Orquesta Ciudad Trujillo, en honor al dictador Rafael Leónidas Trujillo que gobernaba República Dominicana; sin embargo, al llegar a Venezuela, junto a los hermanos Sabal cambian el nombre de la orquesta a Billo's Happy Boys, lo que le costó el destierro de su país natal.

Para Amable Frómeta, hijo menor y el director actual de la orquesta Billo 's Caracas Boys, que Billo llegara a Venezuela fue una confabulación de la vida; era un hombre rebelde contra los gobiernos dictadores, sobre todo con el de su país.  Debido a la desobediencia de la dictadura obtuvo una orden de aprehensión con la cual no pudo regresar a su país durante 26 años. Según Amable “consigue en Venezuela un país libre, un país de gente, muy alegre y mucha afinidad entre el pueblo y eso fue lo que le permitió enamorarse tanto de Venezuela como del pueblo venezolano” vivió allí desde entonces, país que amó hasta su último día de vida. Le dedicó innumerables canciones a Caracas, en donde dejó ver que era su mayor motivo de inspiración, su musa.

“Me atrevería a decir que papá, amaba a Caracas como podía amar a un hijo, quién sabe qué es lo que había dentro de él, ese amor, ese cariño que sentía, porque yo diría que amó a Caracas como muy pocos o ningún venezolano”, comenta Amable Frómeta.

 Incluso en su canción “Mensaje a Juan Vicente” dice: “Yo quiero ser caraqueño, caray”; sin embargo, nunca obtuvo la nacionalización.

Miguel Delgado Estévez, un día le preguntó por qué no se nacionalizaba, si quería tanto a Venezuela y Billo le respondió: “No Miguel, yo soy dominicano y me siento también venezolano, pero yo no necesito tener un papel que me diga que soy venezolano, porque ya me siento así”.  Así lo cuenta el músico que fue gran amigo por muchos años de Billo.

El no nacionalizarse, le impedía votar, pero este hecho no era algo que le atormentara, ya que no fue un hombre de afinidades políticas, de hecho fue amigo de cada presidente que gobernó Venezuela, hasta su muerte, incluso fue muy cercano a Pérez Jiménez durante la dictadura.

Amable Frómeta explica que “papá siempre se llevó muy bien con los presidentes, de hecho lo invitaban todas la semanas a reunirse; pero nunca se identificó con ninguno y simple y llanamente se dedicó a su música, a su trabajo y vida artística;  pero creo que en tal caso se sentía más inclinado hacia AD y Copei que al partido comunista”.

Luis María Frómeta como figura pública no tomó bando en la política en Venezuela, hizo música para todos, sin importar su ideología u opinión, según comentan sus allegados sentía que al tomar bando rompía con la ética del artista, Billo se debía a su público.

Billo es, si no el único, uno de los pocos en Venezuela que llegó a estar preso por el cargo de bigamia; sin embargo, su estadía en la cárcel fue muy corta y el presidente Marcos Pérez Jiménez da la orden de acondicionar la cárcel con un piano en la máxima oficina del recinto, para que no dejase de componer.

  Billo se había casado y divorciado mediante un trámite llamado “divorcio tibio” en República Dominicana, un tipo de divorcio exprés que se realiza en este país y permite a una de las partes separarse sin consentimiento de la otra y sin repartición de bienes, pero al irse de la isla debía internacionalizar el divorcio, cosa que Billo no hizo.

Sobre esto explica Amable que “la ex esposa supo y se enteró de que no traía el documento y se comunicó con las autoridades venezolanas para alegar que Billo estaba cometiendo bigamia. Mi papá estuvo preso dos meses, mientras se llevaba a cabo todo el trámite del documento en Dominicana. Ella no quería divorciarse, no quería que papá la dejara, fue una cuestión de rencor”.

Cuando estemos viejos, dulce novia mía…

Billo Frómeta, causó furor entre las mujeres, sobre todo en el pico de su éxito, todos lo describen como un romántico que buscó constantemente el amor, hasta que lo encontró luego de dos matrimonios fallidos, en Morella.

Además, “en una época de su vida estuvo con actrices, cantantes y presentadoras, pero esa fue una época donde era joven. El éxito, por supuesto, si no es bien manejado, te lleva a eso, pero luego consiguió a mi mamá y pasaron 46 años juntos hasta la muerte de papá”, comenta Amable.

Amable Frómeta, describe a su padre como un hombre muy romántico y detallista.

Miguel Delgado Estévez recuerda a día de hoy con mucha impresión la forma en la que hablaba Billo de su esposa: “Una vez estábamos en el centro, tomándonos un refresco y se le cayó la cartera, él la recogió y se quedó viendo una foto que tenía, era la foto de Morella, su esposa y me dijo: “Mira Miguel, qué muchacha tan bonita es Morella”. Un hombre de treinta y tantos años que con ese cariño diga “qué muchacha tan bonita” para referirse a su esposa”. Para Estévez esto reflejaba el profundo amor que sentía Billo por su mujer.

Luis Manuel Frómeta, actor de teatro y nieto de Billo Frómeta, comenta con una sonrisa lo que le contaba su abuela Morella: “mi abuela siempre me habló de mi abuelo, como el amor de su vida. Ella era su fan, iba al programa de radio a dejarle cartas, ella era una niña y cuando creció y tuvieron la suerte de encontrarse, él vio algo en ella que él no supo cómo explicar, así mi abuela me lo narró porque así le decía él a ella. De hecho hay una canción que le dedicó a mi abuela, se llama Cuando seamos viejos, es una de las canciones más icónicas de mi abuelo”.

Cuando Seamos Viejos, si bien es una de las canciones más famosas que escribió Billo, no fue la única que le dedicó a Morella, existen incluso canciones inéditas que expresan el amor de Luis María por su esposa. Miguel Delgado Estévez recuerda que un día, estando con Billo, este se sentó al piano y empezó a tocar una canción “preciosa”, así la califica el Maestro Estévez, recuerda que le dijo que tenía que grabarla, pero Billo le respondió: “No Miguel, esa canción es de Morella y mía”.

Billo Frómeta, amó a su mujer hasta el último día de su vida, para él su felicidad se encontraba junto a su esposa. Así lo describe Luis Manuel, su nieto: “Cada vez que mi papá me habla de cómo mi abuelo era feliz al lado de mi abuela y de cómo vivían, una persona feliz vive de esa forma y puede transmitir lo que mi abuelo transmitía en sus canciones.”

A papá cuando venga...

Luis María Frómeta, fue un hombre de familia, padre de 13 hijos.   “Un guía, un amigo, un consejero, el héroe de mi vida” así lo describe su hijo menor, Amable Frómeta, quien de todos sus hijos, puede decir que compartió más junto a Billo; pues no todos pasaron la vida junto a él debido a sus divorcios; sin embargo, siempre tuvo presente a cada uno de sus hijos, Billo sentía la responsabilidad de que todos recibieran el mismo trato.

Luis María Frómeta, a pesar de no vivir con todos sus hijos, demostraba quererlos por igual y sin favoritismos. Al menos así lo recuerda Miguel Delgado Estévez que lo describe como una persona muy respetuosa de su familia: “Él era muy delicado, respetuosamente delicado sobre el tratamiento de sus hijos, él no quería que alguno tuviera mayor importancia que otro, era una persona muy respetuosa con su familia”.

El músico supo separar su vida privada de la fama. Una parte de su vida era su familia, él como ser humano y otra parte, era su popularidad como director de orquesta.

 Miguel Delgado Estévez afirma que “él no quería que su vida personal tuviera que ver con la orquesta,  tenía esos dos lados de su vida totalmente identificados y separados”.

Su nieto, Luis Frómeta sobre esto comenta que “él separaba la familia de la vida pública, porque él decía que la felicidad estaba lejos de la envidia ajena”.

El músico opinaba que las cosas había que ganárselas con trabajo y era importante para él, que sus hijos entendieran esto.

Amable Frómeta recuerda que “nunca las cosas fueron regaladas, así solo por darle la alegría al hijo, sino que siempre tuve que trabajar y ganarlas, pero fui un muchacho muy feliz, de verdad fui un muchacho privilegiado en la vida, porque mi padre fue un hombre muy cariñoso y dado a la familia”.

Su hermana Haydée cuenta que aunque Billo se va de República Dominicana, está muy pendiente de ella y de sus padres a lo largo de su vida, cuando su padre muere, Billo la manda a buscar junto a su madre y las trae a Venezuela. Recuerda que siempre las trató con mucho cariño y veló porque no les faltara nada.

Billo Frómeta se aislaba y podía pasar horas encerrado componiendo, lo que le hizo en algunos casos descuidar a sus hijos, así relata su nieto Luis Manuel Frómeta, según lo que le ha contado su familia.

Ni se compra ni se vende

La rutina de Billo consistía en levantarse a las cinco de la mañana, desayunaba con un vaso de leche tibia y se metía en su estudio a componer y pasaba allí entre diez y doce horas, se paraba a almorzar, tomaba una siesta de una hora y volvía otra vez a su estudio.

Era adicto al café negro con mucha azúcar y sus platos favoritos eran el arroz con caraotas rojas, el chicharrón de pollo, el Mangú que es un plato tradicional dominicano y la pasta. No era un hombre de bebida, pero le gustaba el Whisky.

Billo siempre sintió amor por el mar, incluso sus casas de descanso se encuentran en Dominicana y Margarita, ambas casas en la playa con vista al agua del Caribe.

Sus allegados hablan de él como un hombre alegre, encantador y cariñoso, con un carácter de apariencia calmado.

Lo reconocen como un hombre honesto y justo, al que le molestaban las injusticias y las mentiras.

Su hijo Amable Frómeta comenta que una enseñanza que Billo siempre repetía era “tú puedes engañar al mundo, pero la conciencia tuya siempre te va a enseñar, entonces la mejor forma de llevar la vida es hacer las cosas bien y no tener que bajarle la cabeza a nadie, sino siempre ver a los ojos a la personas”.

Miguel Delgado Estévez lo describe como un señor muy agradable y lo recuerda con mucho afecto, a pesar de que al conocerlo tenía una predisposición a que le cayera mal, debido a los malos comentarios que hacían de Billo en la academia José Ángel Lamas. Sobre esto el músico comenta: “Cuando yo conocí a Billo le dije a mi esposa, que era un señor totalmente encantador y agradable y ella me dijo que había cambiado de forma muy radical mi opinión, y yo le dije que sí, porque no era esa persona que describía la gente que hablaba mal”.

En la academia menospreciaban la música que hacía Luis María Frómeta y la llamaban “música gallega” de forma despectiva. Billo sabía los comentarios que hacían de él y de su música cuando conoció a Miguel Delgado y según cuenta Estévez, Billo aun así lo trató de forma muy receptiva y amable. Sobre los comentarios que hacían Billo le dijo una vez “yo sé que hablan mucha pistolada de mí y de mi música, pero yo sigo haciendo mi trabajo”.

Además, Estévez cuenta que “cuando él falleció, yo tenía un proyecto con él, de dar un gran concierto en el teatro Teresa Carreño, él estaría con un piano cantando Caracas Vieja y El Orfeón de la Universidad Central de Venezuela iba a estar con el público y la idea era que El Orfeón se pusiera a cantar con el público. Entonces Billo me dijo: “Miguel, ¿no te parece que eso es demasiado para mí?”.

Miguel Delgado lo describe como una persona muy humilde, pero que sabía darse su puesto en la sociedad.

Pa' que todos bailen

Aunque las raíces musicales de Billo eran sinfónicas y jazzistas, entendía que para que su música le llegara a las personas, debía dejar de lado las pretensiones y hacer música que todo el mundo entendiera y con la que cualquier persona se sintiera identificada.

Su inspiración podía llegar en los  momentos menos esperados, su hijo Amable Frómeta hace alusión a ello “creo que la musa se despierta cuando uno menos se lo espera por situaciones en la vida, yo tuve la oportunidad de compartir con él, en el avión donde un momento me dijo, ya va hijo, no me hables ahorita y se puso en una servilleta a escribir una canción que le vino, por equis determinada situación o pensamiento de él en la vida”, explicaba.

 Billo como director llegó a ser un hombre estricto, pero era por esa búsqueda de perfección en sus composiciones. Causaba admiración, pero sobre todo una imagen de autoridad y su forma de actuar infundía total respeto y seriedad en su trabajo.

Guillermo Morales comenta que “mi papá siempre decía que durante el estrés laboral era como la cerveza, que primero cuando se ponía bravo, se levantaba mucho pero se le pasaba rápido, era una persona muy volátil”. Además, Guillermo agrega: “Billo no era una persona rencorosa, todas las cosas se le pasaban rápido”.

La mayoría de los músicos que trabajaron con Billo, tocaron junto a él muchos años, pero como en toda empresa siempre hay desacuerdos; sin embargo, no trascendían del ámbito laboral.  Un ejemplo de esto fue el caso del ex cantante de Billo´s, Cheo García; quien estuvo en la orquesta por mucho tiempo y que luego de 35 años abandona la banda, ya que luego de negociar con Billo no pudieron llegar a un acuerdo, a pesar de esto, nunca dejaron de ser amigos, ya que según explica su hijo Amable, para Luis María Frómeta una cosa era la amistad y el respeto y otra las diferencias que pudieran existir en la empresa. Además comenta que Billo “no fue un hombre que hubiese salido con rencores con ninguno”.

Billo Frómeta es un referente cultural, una figura en la historia musical de Latinoamérica y sus canciones son el reflejo de la sociedad de una época, aportó al mundo desde el arte y luego de 34 años sigue siendo admirado y recordado por su legado. Más allá de ser el famoso fundador y director de la orquesta Billo´s Caracas Boys, fue un soñador, inmigrante, esposo y padre de familia. A los ojos de sus allegados vivió una vida plena, llena de sueños que hizo realidad.

Un día, reunido con Miguel Delgado Estévez y su esposa, su mayordomo le dijo que los periodistas lo estaban llamando para una entrevista, entonces les comentó “siempre me preguntan por mi canción favorita y siempre les contesto lo mismo, que no puedo elegir una porque sería como elegir un hijo sobre otro, injusto”.

Entonces, la esposa de Miguel Delgado le dijo: “¿Qué le gustaría que le preguntaran?”.

A lo que Billo respondió: “Si yo soy feliz y si les llego a responder que sí, que me pregunten entonces cómo he logrado la felicidad”.

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