El régimen sirio acusó a Estados Unidos de colaborar con Jordania para entrenar a supuestos "terroristas" en suelo jordano, que luego entran en Siria, en un editorial publicado hoy en el diario Al Zaura, voz del Gobierno de Damasco.
En el artículo, se denuncia, además, la creación de campos de entrenamiento fijos y móviles en territorio jordano.
El editorial se queja de las "políticas secretas" de las autoridades de Ammán, que aplican un doble rasero, pese a que han negado en varias ocasiones que haya cualquier "infiltración" de la Inteligencia estadounidense, que, según el rotativo", está financiada por los países del Golfo.
"Hoy (Jordania) puede sufrir el verdadero significado de hundirse en el caos", advierte el periódico.
Recientemente, han aparecido informaciones en la prensa jordana que revelaban la presencia de un millar de expertos militares de EEUU y de la Unión Europea, que podrían haber sido desplegados cerca de la frontera entre Siria y Jordania.
Esas fuerzas estarían entrenando al ejército jordano ante la posibilidad de que el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, decidiera lanzar un ataque con armas químicas.
Esos datos no han sido confirmados por las autoridades de Jordania, mientras que el Frente de Acción Islámica (FAI), principal partido de la oposición jordana, ha rechazado la supuesta presencia de expertos militares extranjeros en el país.
El futuro papel de las fuerzas estadounidenses en Jordania fue uno de los asuntos que el presidente de EEUU, Barack Obama, analizó con el rey jordano, Abdalá II, en su visita de hace dos semanas al país árabe.
Durante su gira por Oriente Medio, Obama expresó sus reservas sobre la posibilidad de entregar ayuda militar a los rebeldes sirios por miedo a que las armas caigan en manos extremistas.
En octubre pasado, el Ejército jordano negó que soldados estadounidenses hubieran llegado a Jordania para ayudarle a ocuparse de los refugiados sirios y del peligro de las armas químicas de Siria, como había informado Washington.
Más de 460.000 refugiados sirios residen actualmente en Jordania, de los que unos 130.000 viven en el campo de Zaatari, al norte de Ammán. EFE