Los actores Anthony Hopkins y Helen Mirren dan vida en "Hitchcock" al maestro del suspense y a su mujer Alma Reville, un filme que explora la relación de la pareja durante la filmación de "Psicosis" y que no ha satisfecho a la crítica.
La película de Sacha Gervasi era muy esperada por los críticos, pero no ha recibido buenos elogios a pesar de la gran interpretación de Hopkins, quien, como dijo en una entrevista con Efe, buscó imitar la voz y los modales del director "sin exagerar".
Para el diario "The Guardian", se trata de una biografía "superficial" e "ingenua" del genio del cine y ha resultado un poco "decepcionante", mientras que para "The Independent", el filme no ha conseguido "captar" la energía de "Psicosis".
El filme, estrenado estos días en los cines europeos y que está basado en el libro de Stephen Rebello "Alfred Hitchcock and the Making of Psycho", profundiza en la relación laboral y sentimental de la pareja cuando Hitchcock decidió llevar al cine en 1960 "Psicosis", un trabajo del que muchos dudaban pero que se convirtió en una de las obras maestras del director de origen británico.
Con la escena más impactante de la historia del séptimo arte: el ataque a su protagonista, Janet Leigh (interpretada por Scarlett Johansson), en la ducha, Gervasi muestra la pasión de Hitchcock por "Psicosis", su amor por el espectáculo, su vanidad, sus sentimientos reprimidos y su ansiedad compulsiva por la comida.
Y el filme bucea en los celos mutuos, especialmente los de Alma hacia Janet Leigh, que finalmente resultaron infundados.
Hopkins reveló a Efe su gran admiración por Hitchcock, al que describió como un hombre que "probablemente era vanidoso, le encantaba ser el centro de atención, ser una celebridad, firmar autógrafos, pero era (también) un hombre distante".
El actor contó que la actriz Janet Leigh le confesó en una oportunidad que Hitchcock era un hombre divertido y que cuando grandes estrellas como Tony Curtis o Gary Grant iban a su casa de Hollywood no dejaban de reirse, "era un gran entretenimiento".
Pero no fue fácil para Hopkins ponerse en la piel de Hitchcock pues se negó a subir de peso para imitar su abultada figura física, por lo que los productores le hicieron una prótesis con la que le resultaba difícil moverse en el estudio.
Pese a todo, el actor de 75 años rechazó ensayar sin tener la prótesis puesta, por lo que le tenían que esperar a que estuviera listo.
"Me negué a entrar en el estudio hasta que estuviera totalmente vestido. Soy metódico. No me gusta ir a ensayar estando la mitad vestido. ‘Esperadme (le decía al equipo de filmación) hasta que me cambie’. Lo tomo muy en serio", relató el actor de origen galés al explicar su forma de trabajar.
Confesó también que tenía que andar con cuidado porque los estudios "son lugares peligrosos, están llenos de cables. La gente tiene accidentes todo el tiempo. Me tenía que mover despacio pero fue una manera maravillosa de preparar a Hitchcock".
"Me reí mucho, pero cuando las cámaras empezaban a rodar, traté de transformarme en Hitchcock, imitar su voz, sus peculiaridades, sin exagerar", dijo Hopkins, que ha sido un "gran admirador" del director desde pequeño.
Helen Mirren da vida a una Alma Reville casi desconocida por el público, pero que fue fundamental en el éxito cinematográfico del genio del suspense, pues le hacía sugerencias, editaba guiones y llegó a sustituirle en algún momento en la dirección de "Psicosis".
Mirren, de 67 años, confesó a Efe su satisfacción por interpretar a Alma -"creo que la entendí y me gustó"- y admitió el respeto que le infundió estar frente a un "actor tan poderosamente extraordinario como Hopkins. Uno espera ser lo suficientemente buena".
Para la actriz de "La Reina", en la que interpretó en su día a Isabel II, el éxito de "Psicosis" reside en que "muchas veces el gran arte viene después de una gran resistencia". EFE