Varias jóvenes activistas de Amnistía Internacional manifestaron ante la embajada rusa en Washington para pedir la liberación de las dos miembros de la banda Pussy Riot que siguen encarceladas en Rusia, coincidiendo con el primer aniversario de su "actuación" en una catedral moscovita.
Ataviadas con los característicos pasamontañas de colores chillones usados por la banda rusa, una veintena de jóvenes -en su mayoría chicas- bailaron durante varios minutos al ritmo de las canciones de Pussy Riot, que sonaron a todo volumen desde un altavoz situado al otro lado de la calle.
"Estamos aquí por solidaridad global. Independientemente de lo que hiciese Pussy Riot, debemos defender su derecho a la libertad de expresión", explicó Jasmine Heiss, una de las manifestantes.
Al grito de "¡Liberad a Pussy Riot!" y portando numerosos carteles amarillos de Amnistía Internacional (AI) con el mismo mensaje, las concentradas ante la embajada rusa denunciaron la situación por la que pasa la libertad de expresión en Rusia que, a su juicio, "sólo ha empeorado durante los últimos años".
"La persecución de Pussy Riot ha devenido en un símbolo universal de la intolerancia del presidente Vladimir Putin respecto de la crítica y de sus políticas de mano dura con la libertad de expresión y asociación", dijo la jefa de campañas y programas de AI en Estados Unidos, Michelle Ringuette.
En agosto del año pasado, las integrantes de la banda Pussy Riot Maria Aliójina, Nadezhda Tolokónnikova y Yekaterina Samutsévich fueron condenadas a dos años de prisión tras ser declaradas culpables de "gamberrismo motivado por odio religioso".
Las Pussy Riot fueron acusadas de ese delito por escenificar una plegaria contra Vladímir Putin en la catedral ortodoxa moscovita de Cristo Salvador.
Los hechos se produjeron el 21 de febrero de 2012, cuando Putin era primer ministro y candidato presidencial.
Tras la escenificación en la catedral, las Pussy Riot difundieron en internet un vídeo con una canción que decía "Madre de Dios, echa a Putin" y que criticaba a la Iglesia ortodoxa por pedir el voto para el líder ruso.
En octubre pasado, tras examinar un recurso de casación, el Tribunal Municipal de Moscú resolvió confirmar la sentencia contra Tolokónnikova y Aliójina, y dejó en libertad condicional a Samutsévich.
Tolokónnikova y Aliójina solicitaron cumplir su pena en una prisión moscovita, pero las autoridades penitenciarias rechazaron la petición: la primera fue enviada a un penal de Mordovia (Rusia central), y la segunda, a uno de Perm (junto a los montes Urales). /EFE