La ciudad oriental china de Jiaxing, donde más de 20.000 cerdos muertos fueron lanzados al río Huangpu, principal fuente de agua potable de Shanghái, está tratando de encontrar una solución de raíz al problema, que ha dañado enormemente su imagen.
La ciudad era conocida hasta ahora en toda China porque fue allí donde en 1921 se clausuró en la clandestinidad el congreso fundacional del Partido Comunista de China (PCCh), que gobierna el país desde 1949.
El escándalo de los cadáveres de cerdo en el Huangpu, de cuya zona afectada procede el 22 por ciento del agua potable de Shanghái, con 24 millones de habitantes, coincidió en marzo con el relevo de poder en Pekín y también, a nivel local, en el PCCh de Jiaxing, cuyo nuevo líder ve prioritario solucionar este problema.
Su causa está en la cría masiva y descontrolada de cerdos en los cerca de 60 pueblos que dependen de Jiaxing, lo que "ha dañado severamente el medioambiente de la zona y su imagen de lugar de nacimiento del Partido", dijo el nuevo secretario general del PCCh local, Lu Jun, citado hoy por el diario "South China Morning Post".
Las autoridades locales, que hasta ahora no habían pagado a los granjeros de la zona los subsidios del Gobierno chino por cada animal muerto, están buscando la manera reducir la excesiva población local porcina, mejorar las condiciones de cría y evitar las muertes por frío cada año.
El reto para que las medidas que se apliquen sean eficaces está en que no perjudiquen económicamente a sus criadores, destacó el diario local "Jiaxing Ribao".
Según Lu, el objetivo de superar definitivamente el problema, que se repite año tras año desde hace al menos una década, aunque sólo ahora saltó a la prensa, es "inevitable y un asunto sobre el que no se puede permitir ningún retraso".
El caso de Jiaxing, que hace que muchos de los cerdos que mueren allí no sean incinerados sino que acaben en los abundantes lagos, ríos y canales de la zona, cuando no en manos de mafias locales del mercado de la carne, no es único en el país.
En otras provincias suceden casos similares, como probó en marzo pasado el hallazgo de otros 50 cadáveres de cerdo en Hubei, a más de un millar de kilómetros de Shanghái.
Cerca del 45 por ciento de la producción porcina china está en manos de pequeñas granjas con menos de 50 animales, según datos del Ministerio de Agricultura de 2010, lo que contribuye al problema, dada la escasa capacidad de planificación agropecuaria de estas familias, que tienden a criar más de lo que pueden alimentar.
"Es habitual que sólo sobrevivan siete u ocho de cada diez cerdos", señaló un analista de la Consultora Agropecuaria de Oriente, Wang Xiaoyue, quien explicó que "enterrarlos es más caro, y al echarlos a un río, al menos el ambiente de su vecindario (de origen) no se ve afectado".
"Los condados que crían cerdos deberían considerar cuántos animales puede soportar su medio ambiente local", señaló igualmente He Zhonghua, analista del portal Chinameat.cn, que aboga por una legislación más clara para que el control de las autoridades pueda ser más eficaz.
En la actualidad, la cría de cerdos en China es un asunto supervisado por el Ministerio de Agricultura, su matanza compete al de Comercio, mientras que la supervisión de la calidad de la carne queda bajo la Administración Estatal de Alimentos y Medicamentos. /EFE