La Biblioteca pública Vasconcelos, uno de los recintos culturales más visitados en México, planea establecer convenios y relaciones más estrechas con otras de Iberoamérica adoptando sus mejores prácticas, declaró este jueves a Efe Daniel Goldin, su nuevo director.
"A mí me interesa absolutamente, como prioridad, el vínculo con Iberoamérica porque tiene una fabulosa historia en instituciones modelo", dijo a Efe Goldin, editor durante 25 años y designado nuevo director del centro la semana pasada.
Considerada una de las mayores bibliotecas públicas de América Latina, con un promedio de unos 2.700 visitantes al día en 2011, la "Vasconcelos" pretende vincularse mejor con el resto de instituciones de parecidas características del mundo de habla hispana.
Goldin explica que una de las primeras cosas que hará es firmar convenios de instituciones hermanas, "en la medida de lo posible con la Biblioteca Pública de Santiago (Chile), con la biblioteca de Comfenalco (Caja de Compensación Familiar, en Antioquia) y con la red de bibliotecas de Medellín (ambas en Colombia)".
"Lo que yo necesito es que me acompañen a pensar el reto que tiene cualquier institución pública como esta", señala este autodidacta, cuya carrera se ha desarrollado en proyectos de libros infantiles tanto en el Fondo de Cultura Económica (FCE) como en la editorial Océano.
Al frente de la mayor biblioteca pública mexicana, Goldin aplicará la máxima de buscar aquello que la institución necesite aprendiendo e introduciendo "buenas prácticas" que hayan funcionado para otros en México o en otras latitudes.
De Venezuela mira con atención el funcionamiento del Banco del Libro de ese país y con España el objetivo es trazar una alianza con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que conoce desde hace 25 años.
"Me fascina la forma en que trabajan y acaban de crear un espacio que se llama La Casa del Lector en Madrid, en El Rastro (mercado). Me interesa totalmente", apunta.
Goldin considera que el dato de que en México cada persona lee un promedio de 2,9 libros por año "es el que menos dice" sobre el estado de la lectura en el país.
Pide centrarse más bien en conocer "qué libro lee" la gente, "cómo lo lee", y "sobre todo, desde una función como bibliotecario público, cómo te transforma el acto de lectura en tu ubicación frente al mundo", en "tu percepción de ti mismo" y en la "capacidad de empoderarte" que tiene.
"Yo quiero que acá la gente entre a satisfacer una demanda y descubra otras, entre para encontrar una respuesta y salga con 25 preguntas. Y sí quiero que entre en esta la gente que no entra a las bibliotecas", apunta.
Recuerda que México tiene una herida histórica de la que aún no se ha repuesto, contar con "un 8 % de población analfabeta y un equis porcentaje de población precariamente alfabetizada".
"Esa población me interesa mucho: los indígenas de este país, los sordos, que es una comunidad extraordinariamente marginada, me interesa mucho; los jóvenes, los defenestrados sociales…", apunta Goldin.
Su proyecto aprovechará el tirón de los lectores jóvenes, los apoyará para que no sean excluidos por un sistema muy competitivo y exigente, pero no descuidará a los ancianos, "gente que ha tenido una vida y que en este vertiginoso mundo ha sido desechada".
"Ahí hay gente que ha estado trabajando, que tiene experiencia, que está relegada, ¿cuál es la función de una biblioteca pública? Darle espacios a toda esa gente que no está en el sistema, en el ‘mainstream’ de la educación", apunta.
Goldin considera que "hay toda una enorme población que ya no está en el sistema educativo en un mundo extraordinariamente cambiante" con la cual desde las bibliotecas públicas se puede "empezar a trabajar en un contexto educativo extraescolar".
Tal concepto funciona en lugares como Finlandia, Holanda, Colombia, Chile, en Londres (Reino Unido) y Chicago (EE.UU.) más no en su país.
"En México vivimos en una cultura de la adoración a la pirámide (…) en el sentido de la cultura de la verticalidad y en el de que nos importa más el templo que la divinidad y que los feligreses. Y a mí me importan más las otras dos cosas", agrega.
Ubicada en el barrio de Buenavista, en el norte de Ciudad de México, la Biblioteca Vasconcelos fue inaugurada en 2006 pero una serie de problemas estructurales obligaron a cerrarla hasta que fue definitivamente reabierta en 2008. /EFE