El ministro chipriota de Finanzas, Mijalis Sarris, mantiene hoy en Moscú consultas sobre la situación financiera en Chipre y la decisión del Eurogrupo de aplicar un impuesto extraordinario a todos los depósitos privados en los bancos del país, rechazado ayer por los legisladores de la isla.
El presidente ruso, Vladímir Putin, mantuvo anoche una conversación telefónica con su homólogo chipriota, Nikos Anastasiadis, a quien le reiteró la preocupación de su país "por una posible aprobación de las medidas que afecten los intereses" de Moscú.
Se calcula que más de una quinta parte de todos los depósitos en los bancos de Chipre, que suman unos 70.544 millones de euros, pertenecen a ciudadanos rusos.
Según el periódico estadounidense The Wall Street Journal, se espera que la delegación chipriota vuelva a pedir hoy a Moscú ampliar el plazo de devolución de un crédito de 2.500 millones de euros concedido por Rusia y un nuevo crédito multimillonario a cambio de cuota rusa en bancos y empresas energéticas de la isla.
El Parlamento chipriota rechazó por amplia mayoría el impuesto a los depósitos privados aprobado el pasado sábado por el Eurogrupo, pese a que el Gobierno de Nicosia había presentado una versión suavizada que dejaba exentos a los inferiores a 20.000 euros.
El Eurogrupo en su reunión por teleconferencia del lunes para revisar esa aprobación que ha ocasionado protestas entre los ahorradores e inversores en Chipre, recomendó al Gobierno de la isla mediterránea no gravar los depósitos inferiores a 100.000 euros.
En la votación de este martes en Chipre, todos los partidos votaron en contra (36 votos), con excepción del gubernamental DISY, que se abstuvo (19 votos).
La decisión de aplicar un impuesto provocó la ira no solo en Chipre sino también en Rusia, cuyo presidente, Vladimir Putin, la calificó de "injusta, poco profesional y peligrosa".
Chipre mantiene desde hace muchos años lazos económicos con Rusia, y por eso en 2011 Chipre, tras en entrar en crisis, obtuvo de Moscú un crédito bilateral de 2.500 millones de euros, cuyo plazo de devolución ha solicitado ampliar de 2016 a 2020.
Ante la posibilidad del impuesto a los depósitos, que afectaría por igual a los ciudadanos rusos, el Gobierno de Moscú afirmó que se replanteará si accede a una reestructuración. /EFE