La justicia paquistaní prolongó el viernes la libertad bajo fianza de Pervez Musharraf durante una audiencia marcada por el lanzamiento de un zapato hacia el ex presidente, sospechoso de estar involucrado en el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto.
El general retirado, que el domingo pasado puso fin a cuatro años de exilio para participar en las elecciones legislativas del 11 de mayo, se presentó el viernes al mediodía bajo escolta policial ante un tribunal de Karachi, según un periodista de la AFP que se encontraba en el lugar.
"¡Es un dictador, debería ser ahorcado!, gritaron unos 20 abogados al paso de Musharraf, antes de que uno de ellos lanzara uno de sus zapatos hacia el ex general.
El zapato no tocó a Musharraf, según las imagenes difundidaas por los canales de televisión locales. El atacante fue detenido por miembros del servicio secreto vestidos de civil, según testigos. En el mundo musulmán, se trata de un gesto muy insultante.
Pervez Musharraf, en el poder desde su golpe de Estado, en 1999, hasta su renuncia a mediados de 2008, está inculpado en tres casos: los asesinatos del jefe independentista de la inestable provincia de Baluchistán (sudoeste), Akbar Bugti, en 2006, y de Benazir Bhutto en 2007, y la destitución ilegal de magistrados ese mismo año.
La justicia paquistaní congeló temporalmente la semana pasada las órdenes de arresto en su contra a cambio de una fianza de 300.000 rupias (2.360 euros). Este viernes, el tribunal prolongó dos semanas su libertad en el caso de los jueces y tres semanas en los de los asesinatos, según responsables de la justicia y de su partido.
Pervez Musharraf se presentará como candidato a las elecciones legislativas nacionales del 11 de mayo con el All Pakistan Muslim League, un partido creado en el exilio y que en el último gobierno no tenía ningún diputado.
Sin embargo, las amenazas de los talibanes paquistaníes, que prometieron asesinar al ex presidente, obligaron a anular los mitines previstos por el clan Musharraf./AFP