El último dictador argentino, Reynaldo Benito Bignone (1982-1983), fue condenado hoy a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad perpetrados en jurisdicción de la guarnición militar bonaerense de Campo de Mayo en perjuicio de 23 personas.
Bignone, quien encabezó la transición hacia la democracia, fue condenado por el Tribunal Oral Federal Nro. 1, de la localidad bonaerense de San Martín, que lo halló responsable de secuestros, tormentos y desapariciones producidas en el centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo, en los suburbios de la capital.
Entre las víctimas figuran siete mujeres embarazadas que dieron a luz en cautiverio.
También fueron condenados a prisión perpetua el ex jefe del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo Santiago Omar Riveros y los ex represores Luis Sadi Pepa, Eduardo Corrado y Carlos Macedra.
En tanto, Carlos del Señor Hidalgo Garzón y María Francisca Morillo fueron condenados a 15 y 12 años de prisión, respectivamente, por la apropiación ilegal de María Catalina Sanctis Ovando, que nació en cautiverio en Campo de Mayo.
Sanctis Ovando es uno de los nietos cuya identidad fue restituida por la organización Abuelas de Plaza de Mayo. La mujer pidió una sentencia "reparadora" y que permita "honrar la memoria" de sus padres que fueron desaparecidos durante la dictadura.
El ex dictador, de 85 años, ya había recibido otras condenas por violaciones a los derechos humanos durante el régimen de facto que gobernó entre 1976 y 1983. Según los organismos de derechos humanos, unas 30.000 personas desaparecieron durante la dictadura. /DPA