El presidente Sebastián Piñera criticó la actuación del Gobierno anterior, sin nombrar a la expresidenta Michelle Bachelet, durante la madrugada del 27 de febrero de 2010, tras el terremoto y posterior tsunami que afectó a Chile y dejó más de medio millar de víctimas.
A través de su cuenta de "twitter", Piñera señaló que la noche de la tragedia existieron los antecedentes necesarios para ordenar la evacuación y así "salvar vidas".
El mandatario chileno entregó también algunas recomendaciones para que no se repita en Chile, el país más sísmico del planeta, lo que pasó aquella madrugada en la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), dependiente del Ministerio del Interior.
Piñera rompió su silencio tras conocerse un segundo informe que entregó la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), en el que se destaca que en una segunda declaración ante la Fiscalía, Bachelet explicó que, como presidenta, ella ejercía "el mando político" para coordinar la reacción de los organismos de emergencia ante esa catástrofe.
Piñera sostuvo en su cuenta virtual que "cuando se tenga la información suficiente, como se tuvo ese 27/F, debe darse de inmediato la orden de evacuación, para salvar vidas".
Añadió por la misma vía: "no podemos asegurar que la naturaleza no volverá a golpearnos. Pero si debemos estar mejor preparados que ese 27/F".
También hizo alusión a los saqueos que sufrieron ciudades como Concepción horas después de producirse el terremoto: "Después de catástrofe, es fundamental mantener orden publico. Si FFAA pueden ser útiles, hay que recurrir a ellas sin ningún complejo".
Finalmente, el mandatario explicó que "estas lecciones han orientado la acción del Gobierno para crear el nuevo servicio civil de alerta temprana y ayuda oportuna en emergencias".
El Ejecutivo instó el pasado miércoles a Bachelet a pedir perdón y asumir su supuesta responsabilidad en la fallida alerta de tsunami del 27 de febrero de 2010.
Bachelet (2006-2010) ha declarado en dos oportunidades ante la Fiscalía en la investigación sobre la descoordinación que se produjo esa madrugada y que llevó a los organismos de emergencia a descartar que, tras el terremoto de 8,8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, se pudiera producir un tsunami en las costas chilenas.
Finalmente sí hubo un devastador tsunami que en total causó 156 muertos y 25 desaparecidos, pese a haber recibido, incluso, avisos reiterado del Sistema Internacional de Alarma de Tsunami del Pacífico, en Hawai.
El terremoto del 27 de febrero de 2010, que se sintió a las 03.34 hora local (06.34 GMT) y estremeció a Chile durante casi tres minutos, liberó una energía equivalente a 100.000 bombas de Hiroshima.
El gran sismo, considerado el quinto más grande de la historia, dejó 526 muertos, 800 mil damnificados y 30 millones de dólares en pérdidas. /EFE
(KC)