El ataque contra dos futbolistas del Heredia mientras cenaban en un restaurante continúa generando preocupación en Costa Rica, un país en el que el accionar violento de las "barras" viene creciendo.
El incidente ocurrió la noche del sábado en la ciudad de Heredia, ubicada a 10 kilómetros al oeste de la capital San José, cuando un grupo de "barras" agredió al portero Leonel Moreira y al delantero Olman Vargas.
Los jugadores dijeron este lunes que elevarán una demanda ante los tribunales, ya que sus atacantes quedaron grabados en las cámaras de seguridad del restaurante donde cenaban.
Ambos se presentaron a entrenar este lunes y en sus rostros presentaban huellas de la agresión.
Tras el ataque, el arquero Moreira quedó inconsciente por varios minutos, al recibir un golpe en la cabeza.
Los dos futbolistas militan en el Heredia, actual subacampeón nacional, que esa noche acababa de empatar 1-1 frente al Carmelita.
Aparentemente no medió ningún problema entre los dos jugadores para ser agredidos por los hinchas, la mayoría de los cuales vestían camisetas ajenas al club de la ciudad.
El delantero Vargas se mostró sorprendido por la actitud de sus agresores y reclamó la dirigencia de los clubes que adopten medidas fuertes para detener a las "barras", que constantemente provocan disturbios y ataques y enfrentamientos entre sí.
Un periodista de un conocido medio deportivo local denunció haber recibido presuntas amenazas de muerte de supuestos integrantes de un grupo de seguidores de un conocido club costarricense, debido a las críticas lanzadas contra las denominadas "barras".
Hace varios años, un miembro de una de esta "barras" murió durante un enfrentamiento entre grupos de seguidores de dos conocidos equipos de la liga mayor.
La existencia de las "barras" fue copiada, según dicen expertos deportivos, de algunos países suramericanos, como Argentina y Brasil, en la década de 1990.
En los últimos meses, clubes como Heredia, Alajuela y el Saprissa han adoptado medidas para contener las acciones de violentas de estos grupos, pero hasta ahora no han podido ser desmantelados totalmente.
El problema principal es que algunos de estos grupos se forman de manera independiente, y luego van adquiriendo presencia e influencia en los estadios. /DPA