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Afganistán inicia la toma de control de su seguridad en medio de la violencia

Lunes, 17 de junio de 2013 a las 07:30 pm
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El presidente afgano, Hamid Karzai, anunció el inicio del traspaso definitivo de la seguridad a las fuerzas locales en medio de una nueva demostración de fuerza talibán con un ataque en Kabul que costó la vida a tres civiles.

"A partir de mañana las fuerzas afganas llevarán la iniciativa en la responsabilidad de la seguridad en Afganistán", afirmó Karzai en una ceremonia celebrada en Kabul para marcar la fase final de un proceso que comenzó en 2011 y concluirá en 2014.

Otras autoridades que participaron en el acto fueron el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, el jefe de la Comisión de Transición, Ashraf Ghani Ahmadzai, y el ministro afgano de Defensa, Bismulá Mohammadi, entre otros.

Durante la última fase de la transición, la Policía y el Ejército afganos relevarán de manera gradual a las tropas internacionales de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) de los 95 distritos -sobre todo en el sur y este del país- que todavía están bajo su control.

Esos distritos se encuentran principalmente en las violentas provincias de Kandahar, Nangarhar, Khost y Paktika, situadas en el arco suroriental del país, donde predomina la etnia pastún, a la que pertenecen los talibanes.

Las tropas de la ISAF llegaron a contar en el país asiático con unas 140.000 unidades y desde 2011 han ido trasladando el control de la seguridad en el país al Ejército afgano, que cuenta en la actualidad con 350.000 soldados.

Sin embargo, Rasmussen recordó durante su comparecencia que con el fin del proceso de transición en 2014 las tropas de la ISAF no abandonarán por completo el país, pues un número reducido pasará a desempeñar un papel "nuevo y diferente" en Afganistán.

"Estamos planificando con nuestros socios una misión nueva y diferente (en Afganistán), cuyo objetivo será el apoyo, asesoramiento y formación de las fuerzas de seguridad afganas", aseguró el secretario general de la OTAN.

La guerra afgana se halla en uno de los momentos más sangrientos once años después de la invasión de EE.UU. y caída de los talibanes, que en los últimos años se han reorganizado y aspiran a restaurar el régimen fundamentalista islámico que hubo entre 1996 y 2001.

Por ello, el jefe de la Comisión de Transición, Ashraf Ghani Ahmadzai, afirmó durante la ceremonia que aunque "algunos temen 2014″, cuando concluya la toma de control, las "sacrificadas" fuerzas afganas "lo ven como una oportunidad" de mostrar su valía.

Karzai, por su parte, hizo un llamamiento al recién elegido primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, para que "tome los pasos necesarios y elimine los santuarios talibanes" en suelo paquistaní.

"Mi querido hermano Sharif, (…) te rogamos una vez más que elimines los paraísos terroristas, para que así podamos tener paz y estabilidad en la región", sentenció el presidente afgano.

Tanto kabul como Washington han acusado reiteradamente a Pakistán de albergar en diversas zonas fronterizas a facciones talibanes y grupos afines a Al Qaeda que operan a ambos lados de la frontera.

La violencia de los insurgentes golpeó una vez más Kabul esta misma mañana (hora local), cuando un ataque suicida contra el líder de la etnia hazara y antiguo señor de la guerra Mohammad Mohaqiq causó la muerte de tres civiles y heridas a otras veinte personas.

El suicida se hizo estallar frente a la Comisión de Derechos Humanos de Afganistán al paso de Mohaqiq, antiguo señor de la guerra y presidente del Partido de la Unidad Islámica, dijo a Efe el portavoz de la policía de Kabul, Dawood Amin.

Según un informe de la ONU, el número de civiles víctimas de sucesos violentos en el país asiático en los primeros cinco meses de 2013 aumentaron un 24% respecto al mismo período de 2012.

Esto es, un total de 2.499 víctimas de ataques que en un 74 % se atribuyen a los talibanes, cuya actividad armada no ha sido frenada por el proceso de transferencia de la seguridad que acaba de entrar en su última y decisiva etapa. EFE