EFE
Al menos cuatro personas murieron y otras 41 resultaron heridas, en su mayoría civiles, después de que un combatiente talibán suicida se inmolara con un camión cargado de explosivos cerca de una base militar en el norte de Afganistán.
El atentado con el camión cargado de explosivos tuvo lugar hacia las 8.45, hora local (4.15 GMT), en el distrito de Balkh, en la provincia homónima, afirmó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
En la explosión, además del atacante suicida, murieron dos civiles y un miembro de las fuerzas de seguridad afganas, y otras 41 personas (35 civiles y seis miembros de las fuerzas de seguridad) resultaron heridas, detalló el comunicado.
El atacante detonó los explosivos "cerca de una clínica veterinaria y una base militar", en una zona en la que se encuentran también viviendas civiles, explicó a Efe el viceportavoz del Ministerio de Defensa, Fawad Aman.
Según el portavoz, el número de víctimas civiles podría aumentar en las próximas horas, ya que "decenas de casas" cerca del lugar de la explosión resultaron dañadas o destruidas.
El principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, reivindicó la autoría del atentado, y aseguró en un comunicado que el objetivo era la base militar, donde "murieron decenas de soldados".
El distrito de Balkh, con una amplia presencia de los talibanes, es uno de los más inseguros de la provincia.
El atentado bomba se produce en un momento de cierta reducción de la violencia en el que las fuerzas de seguridad afganas permanecen en posición defensiva tras el alto el fuego de tres días que se declaró el pasado 31 de julio.
Este periodo de menor violencia forma parte de los esfuerzos tanto del Gobierno como de los insurgentes de allanar el camino de cara a las negociaciones de paz intraafganas que pongan fin a casi dos décadas de guerra en Afganistán.
El proceso debería haber comenzado hace más de cinco meses, según el acuerdo firmado entre Estados Unidos y los talibanes en Doha el pasado 29 de febrero, pero se ha visto retrasado por un controvertido intercambio de prisioneros.
Según el acuerdo que firmaron Estados Unidos y los talibanes en Doha, el Gobierno debía liberar a 5.000 presos insurgentes mientras que los talibanes ya han hecho lo propio con el millar de miembros de las fuerzas de seguridad afganas que se comprometieron a excarcelar, aunque Kabul criticó que algunos de ellos eran civiles.
El Gobierno liberó a principios de agosto a 80 de los últimos 400 reos talibanes y, aunque éstos se niegan a sentarse a la mesa de negociación hasta que se complete el proceso, no está claro cuándo serán liberados el resto.
2020-08-25
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