EFE
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció hoy que dará prioridad a las reformas estructurales en materia fiscal y educativa, antes de acometer el otro gran compromiso de su programa de Gobierno, la elaboración de una nueva Constitución.
El motivo de esta decisión, según explicó Bachelet en la primera rueda de prensa tras su regreso a la presidencia, es que la redacción de una Constitución que reemplace a la heredada de la dictadura es un proceso en el cual "la ciudadanía tiene que hacer escuchar su voz" y eso es algo que requiere tiempo.
Recordó el compromiso electoral de que la nueva Carta Magna sea fruto de un proceso "democrático, participativo y legítimo", y no sólo de "una discusión de las elites pensantes".
Durante la campaña electoral, Bachelet anunció 50 medidas que adoptaría en los primeros 100 de su Gobierno si salía elegida, entre las cuales figuraban una reforma fiscal y la elaboración de una ley que garantice la gratuidad total en la enseñanza en un plazo de seis años.
Pero además se comprometió a elaborar una nueva Constitución que reemplazara a la hoy vigente, impuesta en 1980 por el régimen militar, si bien descartó hacerlo mediante una asamblea constituyente.
En su primera jornada de regreso a La Moneda (sede del Ejecutivo), que coincidió con el cuadragésimo aniversario de la muerte de su padre (el general Alberto Bachelet, asesinado durante la dictadura), Bachelet convocó a su gabinete, compuesto por 14 hombres y 9 mujeres, para trabajar en las medidas más urgentes.
Entre ellas anunció una auditoría a las cuentas del Gobierno del conservador Sebastián Piñera (2010-2014), porque sospecha que gastó más de lo que correspondía y dejó comprometidas numerosas partidas del presupuesto público para este año.
A estas dificultades, se une, según Bachelet, "una situación económica menos auspiciosa de la que le tocó al Gobierno anterior".
"Sin embargo, no es algo que nos llene de sorpresa, porque la desaceleración de la economía viene del primer trimestre del año pasado, antes siquiera de que yo fuera candidata", afirmó.
Estas palabras fueron consideradas una respuesta a las advertencias de la derecha en el sentido de que el programa de Gobierno de Bachelet provocará una disminución de la inversión y una caída en la producción.
"Vamos a tener que hacer un tremendo esfuerzo de responsabilidad fiscal para cumplir con lo que hemos dicho. Tendremos que mirar si es necesario reasignar recursos", admitió durante la conferencia de prensa.
Respecto a la reforma educativa, Bachelet anunció que antes de enviar al Parlamento el proyecto de ley "se harán todos los diálogos necesarios" con los sectores implicados, incluidos los cuatro exdirigentes estudiantiles que ayer asumieron sus cargos como diputados.
Bachelet, quien afrontó protestas de los estudiantes de enseñanza secundaria al inicio de su primer mandato (2006-2010), consideró un tanto precipitada la convocatoria de una jornada de movilización estudiantil para el próximo 22 de marzo.
"Me imagino que la idea fundamental de esa marcha es apoyar los procesos reformadores que nosotros tenemos, entiendo que lo que quieren decir (los estudiantes) es que cumplamos con nuestro programa de Gobierno", comentó.
Bachelet cuenta en el Parlamento con una amplia representación para sacar adelante los proyectos del Gobierno, pero en el seno de la Nueva Mayoría han surgido voces discrepantes respecto a algunos temas, dada la heterogeneidad política de la alianza oficialista, en la que hay desde comunistas hasta democristianos.
"Las diferencias de opinión en los partidos no nos asustan. Vamos a buscar los mecanismos para trabajar los desacuerdos y que no obstaculicen nuestros compromisos", dijo al respecto.
En el ámbito internacional, Bachelet expresó su deseo de "reponer una agenda latinoamericana muy fuerte" que a su juicio se ha descuidado durante el Gobierno de Sebastián Piñera, más preocupado de los aspectos comerciales.
"Los colegas que han vendido a esta transmisión del mando (presidencial) me han manifestado que esperan de mí que juegue un rol de liderazgo en la región muy importante", aseguró.
Por otro lado, la presidenta anunció que Chile está dispuesto a reanudar el diálogo con Bolivia, pero puntualizó que el tema del "mar" se tratará en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
Esto, en razón de la demanda presentada por el Gobierno de La Paz para forzar la negociación de una salida soberana al océano Pacífico, que Bolivia perdió en la guerra de finales del siglo XIX.
Y respecto a la permanencia de su país en el tratado que obliga a dirimir los conflictos ante el tribunal de La Haya, Bachelet aseguro: "Hoy día no tengo considerado salirme del Pacto de Bogotá".
La mandataria también se refirió a la situación que se vive en Venezuela y que ha motivado una reunión extraordinaria de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) hoy en Santiago.
"Jamás apoyaremos a ningún movimiento que de manera violenta quiera derrocar a un Gobierno elegido libre y constitucionalmente", enfatizó Bachelet.