El Gobierno de Birmania (Myanmar) ha paralizado de manera provisional el envío de trabajadores a Malasia tras la muerte de tres birmanos en varios episodios violentos, indicaron hoy los medios malasios.
Ei Mon Soe, funcionario del Ministerio de Trabajo birmano, explicó que desde la semana pasada está paralizado el envío de trabajadores a Malasia, lo que también ha sido confirmado por las agencias de contratación malasias.
Entre el 30 de mayo y el 4 de junio pasados, se produjeron varios enfrentamientos entre compatriotas musulmanes y budistas birmanos que dejaron al menos tres muertos y varios heridos en Malasia, sin que por el momento se hayan indicado las causas de los mismos.
Aunque estos actos se produjeron después de los choques sectarios en Birmania, las autoridades de ambos países no han querido ligar los sucesos.
En Malasia trabajan unos 300.000 birmanos, la mayoría como empleados en restaurantes o en el sector de la construcción, y el país acoge a otros 100.000 refugiados birmanos.
En junio y octubre de 2012, al menos 160 personas murieron en choques entre budistas y musulmanes en el estado Rakhine, en el oeste de Birmania, y causó más de 100.000 desplazados, en su mayoría de la minoría musulmana rohingya.
Entre los pasados marzo y abril, la violencia contra la minoría musulmana se extendió a otras localidades del centro y noreste del país, causando casi medio centenar de muertos.
Unos 800.000 rohingyas, una de las minorías más perseguidas del mundo según la ONU, viven en Birmania, principalmente en el estado Rakhine.
Las autoridades del país les niegan la ciudadanía porque los consideran inmigrantes de Bangladesh, donde también son rechazados. EFE