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La falta de alimentos, la poca cantidad de medicamentos, la altísima inflación, la falta de perspectiva y las protestas contra el gobierno bolivariano que ya dejaron casi 70 muertos son el escenario que empuja a los ciudadanos a tomar decisiones drásticas. Según lo informado por las autoridades de Colombia, país vecino, entre 45 mil y 50 mil personas cruzan la frontera a diario y cinco mil se quedan. No regresan.
Prefieren incluso vivir en las calles colombianas de Cúcuta, ciudad a la que llegan, antes de soportar la realidad venezolana. Si bien la mayoría de los venezolanos que cruzan lo hacen para comprar productos de necesidad básica que no encuentran en los supermercados, no es menor el numero de los que emigran.
"En Colombia, el salario mínimo con el auxilio de transporte suma 820.000 pesos mensuales (280 dólares). En Venezuela el presidenteNicolás Maduro subió el sueldo el 1° de mayo -lo ha hecho 15 veces en 4 años de mandato- y con ello un empleado gana 65.000 bolívares, más 135.000 en bonos de alimentación, es decir, 200.000 bolívares al mes (20 dólares)", de acuerdo con lo publicado en una nota de un diario en el país.
Y no son sólo adultos los que toman la decisión de huir. Son varios los menores de edad que eligen dormir en las veredas del país a seguir resistiendo el hambre. Arelys Silva es venezolana, tiene 21 años y emigró junto a su marido y su hijo: "Había días en que -conteniendo las lágrimas- sólo tenían agua con azúcar, mientras esperábamos que él (su esposo) llegara de trabajar, o que pidiera prestado para poder darles de comer. Nos vinimos para estar mejor porque allá no se puede vivir".
Sin embargo, Cúcuta tampoco es la solución. Es una pequeña ciudad sin industrias ni servicios; además tiene problemas de informalidad, desempleo e inseguridad.
Con información de La Nación.
2017-06-13