EFE
Diferentes fuerzas políticas opositoras de centroizquierda de Argentina lanzaron un frente común con vistas a competir unidos en las elecciones presidenciales de 2015 y derrotar en esos comicios al kirchnerismo tras más de una década en el poder.
El nuevo espacio se denomina Frente Amplio Unen (FAU) y fue presentado en sociedad en un acto en un teatro de Buenos Aires, con la presencia de los principales dirigentes de las distintas fuerzas que integran la flamante coalición y que firmaron su acta constitutiva.
"La concentración de poder sin controles republicanos nos ha conducido a la corrupción, a la pérdida del federalismo, al capitalismo de amigo, a la incapacidad del Estado y al atraso económico", aseguraron los fundadores del nuevo frente en una proclama leída por el exdiputado radical y actor Luis Brandoni.
El espacio está integrado por el Frente Amplio Progresista -dominado por el socialismo-, la Unión Cívica Radical -la segunda fuerza parlamentaria de Argentina- y la coalición Unen, que conforman varias fuerzas de centro.
Esas fuerzas ya compitieron unidas en las elecciones legislativas del año pasado, en el distrito de la capital argentina.
"A partir de los valores y principios que sustentan nuestra unidad, trabajaremos en desarrollar un programa de gobierno que contemple", prometió el nuevo frente en su proclama leída en un acto donde no hubo discursos individuales.
El nuevo espacio marcó como sus "prioridades", entre otras, promover el pleno empleo a través del trabajo decente, de calidad y registrado; garantizar el acceso a la vivienda digna, a la educación y a la salud pública de calidad; y hacer una fuerte inversión en transporte público ferroviario y en mayor infraestructura vial.
También promete un programa e gobierno que procure alcanzar la estabilidad macroeconómica, "defendiendo el valor de la moneda y el poder adquisitivo de los sectores de ingresos fijos"; impulsar una "profunda" reforma impositiva para que "paguen más quienes tienen más"; y poner el sistema financiero al servicio de la producción y el trabajo.
Asimismo buscarán "generar una agenda de desarrollo con eje en el conocimiento, que vincule la ciencia y la innovación tecnológica con la producción"; fortalecer las instituciones de la República "para terminar con la impunidad"; impulsar políticas medio ambientales; y promover una matriz energética sustentable, basada en recursos renovables.
También prometieron "promover una fuerte integración regional, fortaleciendo la institucionalidad del Mercosur y la Unasur para vincular el país con los mercados globales, defendiendo el multilateralismo y la paz mundial".
El nuevo frente definirá los candidatos que competirán en las elecciones generales de octubre de 2015 en comicios primarios abiertos.
Dentro del nuevo frente opositor, ya se perfilan los nombres de los futuros precandidatos presidenciales.
Ya han confirmado su deseo de competir por esa postulación en las primarias el líder del socialismo, Hermes Binner, el senador radical Ernesto Sanz y el también radical Julio Cobos, vicepresidente argentino durante el primer mandato de la presidenta Cristina Fernández.
La presentación pública del FAU llega rodeada de polémica por las divisiones internas sobre la posible inclusión dentro de esa coalición de la conservadora Propuesta Republicana (Pro), encabezada por el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri.
"Nosotros no tenemos nada que ver con el Pro, porque nuestro espacio es de centroizquierda", planteó el senador Fernando Solanas.
En el otro extremo se sitúa la diputada Elisa Carrió, quien aseguró que rescata a "muchísimas personas del Pro" y pidió conformar una alianza "lo más amplia posible".
"El que llegue a segunda vuelta tendrá que hablar con todos", dijo por su parte el diputado radical Ricardo Alfonsín, quien incluyó al Pro en un eventual diálogo para trazar alianzas con vistas a llegar a la Presidencia el próximo año.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, tiene vetado por ley aspirar a un tercer mandato en 2015, lo que fuerza al oficialismo a buscar un nuevo candidato si quiere mantenerse en el poder.